Capítulo 20

62 10 0
                                    

Luego de dos días de diversión tuve que regresar a casa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Luego de dos días de diversión tuve que regresar a casa.

Habíamos acordado ir a los columpios y mi ahora novio se ofreció a llevarme, pero me negué, quería sentir el aire y aprovechar para escribir en mi cuaderno.

Mientras caminaba pensaba en todo lo que había pasado estos últimos meses, de solo pensar que mis emociones y mi vida estaba completamente rota, pero ahora esta como un mosaico.

Nil con mis partes rotas se ha encargado de unir todas esas partes con delicadeza, formando una bonita obra de arte. Esto es un claro ejemplo de que después de la tormenta viene el arcoíris.

Nil, mi novio, era una mezcla de todas las cosas buenas y bonitas del mundo, parecía una persona creada por una mujer, todo lo que podía pedir Nil lo tenía; Sus detalles, lastimar los sentimientos de otra persona solo para tener los míos a salvo.

Nil era el chico perfecto, mi chico perfecto.

Le daba gracias al cielo por enviármelo, porque si demoraba unas semanas más hubiera estado completamente rota, sin que nadie pudiera arreglar esos trozos por lo roto que estarían.

Estaba a unos pasos de llegar a los columpios del amor, a nuestro lugar.

Subí la pequeña colina y me senté junto al árbol, abrí mi libreta y comencé a escribir, con sentimientos encontradas, con un manojo de sentimientos.

Después de tanto tiempo pude ver la luz, pude ver lo lindo del amor, pude ver la otra cara y por fin me atrevo a decir que comprendí lo que es amar.

Amar es ese sentimiento que no te deja dormir por pensar constantemente en todas las cosas que te hace sentir esa persona, por sentir esas mariposas en tu estomago cada que están juntos.

Sentirte nerviosa por solo estar cerca de esa persona.

Te aseguro Laia del pasado, que todo lo que pasaste fue solo una prueba más para saber cuánto podías resistir, la vida vio que no podías resistir tanto y te envió a la persona que no dejaría que terminaras de quebrarte.

Encontraste la persona que dio un significado a la palabra amor y sobre todo que encontró la fórmula de cómo enamorar a Laia.

Con esto entiendes que el amor no duele, el amor no te hace derramar lágrimas a menos que sea de felicidad.

El amor no traiciona, ni mucho menos lastima.

Como era de costumbre Nil llego unos minutos después de mí, se posó a mi lado y me dio un beso en la mejilla.

—No lograste asustarme —sonreí.

—Primera vez que fallo —se cruzó de brazos.

—Ojalá y siga así, porque como dije, me moriré de un infarto pro tu culpa —le di un golpecito en el hombro.

Estaba rogando a todos los santos que Nil no se diera cuenta del cuaderno que tenía en mis manos, así que pensé en una forma rápida para poder guardarlo dentro de mi camisa.

—Uy, ¿Qué es eso? —apunte a un lado del cielo y metí rápidamente el cuaderno dentro de mi camisa, para distraerlo le hice cosquillas.

—¡Lil, para! —dijo entre risas.

Hice caso a su petición luego de un par de segundos.

—Me voy a vengar de esto. —sentencio.

Me pase una mano por la frente porque todo salió bien, no sé por qué, pero me daba pena el pensar que Nil leyera lo que escribía en ese cuaderno.

—¿Escuchas eso? —pregunté mirando hacia una rama del gigantesco árbol.

—Sí, parece que son pájaros bebes.

me emocione por la idea de verlos.

—No están en una rama tan alta —me extendió su mano— vamos a subir.

No dude en hacerlo y ambos escalamos para poder ver a las dos crías de pajaritos.

—Son hermosos —los mire con ternura— ya tienen plumas.

—Sí, y son azules —parecíamos dos niños que nunca habían visto pájaros bebes.

Nos quedamos mirando a los lindos bebes "llorando" porque tenían hambre.

—Auch —escuche que Nil se quejó.

—¿Qué pasa? —cuestione sin comprender.

De pronto algo picoteo mi cabeza y me di cuenta que era la mama de las crías, para que no le hiciéramos daño.

Nil fue el primero en bajar del árbol para ayudarme a mí también.

Cuando estuvimos en tierra firme Nil se quejó.

—Me pico por tu culpa.

¾¿Disculpa? —fingí indignación— el que tuvo la idea de subir fuiste tú.

—Porque vi tu cara de ilusión. —se sobo la cabeza por fingido dolor.

—Vamos Nilmy, ni si quiera pica tan fuerte —le dije.

—Claro que sí, casi me abre un agujero en el cráneo —se volvió a quejar.

—Y yo pensé que la dramática seria yo —reí con ahínco.

Nil me planto un beso en los labios.


—Te quiero mucho Lil.

¿Cómo enamorar a Laia?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora