Capítulo 4

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Han pasado dos días desde que ojos verdes vino a casa

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Han pasado dos días desde que ojos verdes vino a casa.

Tengo un gran entusiasmo ya que hoy hay un festival que celebramos cada año en el mes de febrero. En este festival hay una gran variedad de comida, juegos para ganar peluches, una rueda gigante de la fortuna y carritos chocones.

El año pasado intente ganar un peluche, pero no logre ganarlo, incluso cuando gaste casi todos mis ahorros para tener más oportunidades. Espera, si gane, pero una regañada de mi madre por malgastar mi dinero.

Espero con todas mis fuerzas ganar ese peluche, ojalá y tengan el mismo que luche por conseguir el año pasado. Un gran oso morado.

Me he colocado un pantalón de mezclilla con una camisa morada pastel

y unas zapatillas blancas.

-¡Laia baja rápido, llegaremos tarde! -escucho los gritos de mi madre desde el piso inferior.

Me apresuré a terminar de alistarme, me coloco un poco de perfume con olor a fresas y me puse unas cuantas pulseras, anillos y un collar que tiene como colgante una pequeña flor.

Al llegar abajo mis padres voltearon a verme con una gran sonrisa.

-Te ves genial cariño-mi padre me halaga.

-Te ves como toda una princesita -mi madre se acerca abrazarme- has crecido tanto cariño.

-Mami, es mejor irnos ya- le digo antes de que empiece a lloriquear.

Es algo que mis padres suelen hacer todo el tiempo, aunque me vea como una bruja me dirán lo guapa que me veo, mi madre lo hace, pero no tan frecuente como mi querido padre. Estoy demasiado agradecida de tenerlos, pues hay veces que mi autoestima no está en su mejor momento, pero con sus recordatorios de lo bien que luzco se me olvida un poco ese feo sentimiento.

Subimos al coche para poder llegar al festival.

Al sentarme cerca de la ventana comienzo a observar el paisaje, es algo que me relaja, aunque mi papá diga que parezco un cachorro.

Al llegar al festival veo lo hermoso que luce, con un montón de luces, puestos de comida y áreas de juegos. Hay mucha gente por todos lados.

A lo lejos puedo ver la rueda de la fortuna, sin duda el festival nunca decepciona por lo lindo que luce todo.

-Mamá voy a ir algún puesto -aviso.

-Bien, cuídate nosotros estaremos por aquí.

Me voltee para emprender mi camino al puesto donde esta el peluche que me quiero ganar, pero la voz de mi madre me interrumpió.

-Y, Laia, no gastes el dinero solo por un peluche. -Me advirtió.

Mi madre no comprende que no es solo un simple peluche, es EL peluche.

Vuelo a emprender camino para buscar el dichoso puesto de los peluches y para mi buena suerte el peluche sigue ahí.

-¿Cuánto es para ganar un peluche? -le pregunté a la chica del puesto.

-Son 5 dólares por 5 tiros.

El año pasado me gasté 35 dólares y en ningún tiro pude conseguirlo, no tengo mucha precisión que digamos.

Le entregué los cinco dólares a la encargada del puesto, gasto mis 5 tiros, para nada, se me hace imposible acertar un tiro, ya me estoy desesperando ¿Por qué se me hace tan imposible esto? Creo que debería irme y rendirme.

Cuando estoy apuntó de irme escucho una voz muy familiar.

-¿Necesitas ayuda Laia?

Volteo para ver esos ojos verdes brillantes, él sonríe y se le hacen presentes sus hoyuelos.

Tal vez podía usar a mi favor al pequeño multimillonario para alcanzar mi objetivo.

-Sí, -me apresuré a decir-no puedo ganar ese peluche morado.

Señalé el peluche y él sonríe aún más. Vi como puso los 5 dólares en la mesa y la encargada le entrega los cinco tiros.

-¿Desde cuando llevas intentado? -cuestiono concentrado en lo que tiene enfrente.

-Desde el año pasado. -confesé.

Él se gira para mírame y comienza a reír a carcajadas.

-¿Cómo puede ser que no lo hayas conseguido? Hasta un bebé lo hubiera hecho. -se burló.

-Oye no te burles de mi -golpee su hombro suavemente.

-Lo siento, pero esto es muy fácil, mira y aprende

Me concentre en lo que iba hacer Nil, cuando menos lo espere hace caer el barril de enfrente de una manera tan fácil y sin esfuerzo.

Me quede con la boca abierta tras ver eso, ¡me siento humillada!

-¿Ves?, ahora elige tu peluche -dijo alzando su mentón con suficiencia.

Le dije a la chica cual era el dichoso peluche, pero dice que ese no está disponible como premio.

Sentí como la furia se apoderaba de mí, he luchado tanto para obtenerlo y me sale con eso, estoy por agarrarla del pelo y quitarle esas extensiones.

-¿Cómo que no esta como premio? Usted es una persona deshonesta-le escupí.

La encargada del puesto m miro con desdén y antes de que pudiera responderme Nil la interrumpió.

-¿Cuánto por el peluche? -lo escuche decir y toda mi furia desapareció por un momento.

-20 dólares si desea comprarlo

Me quedo estática ¿veinte dólares por el peluche? Esta loca.

-Bien -extendió su mano para entregarle el dinero, momento seguido la bruja le entrega el peluche

-Oye, no, no tienes que hacerlo, es mucho solo para un peluche -intente detenerlo.

-No es mucho si se trata de ti, además desde el año pasado lo llevas querido -me extendió el peluche que era casi de mi tamaño.

-Me niego a aceptarlo.

-Vamos, tómalo, -insistió- o si no me encargare de llévalo y dejarlo en tu habitación.

Lo mire incrédula, no creía que fuera capaz de hace algo así.

-Pues tenderas que hacer eso, me niego a recibirlo.

-Bien, luego hablare con tu padre para que me de permiso de entrar a tu habitación -comenzó a caminar con el peluche- sígueme.

-Oye, no harás eso -le advertí.

-Sí, sí lo hare.

-¡Bien! Lo aceptaré.

-Muy buena elección Laia -me sonrió triunfante.

Seguí a Nil que caminaba en dirección a la rueda de la fortuna.

Sus pasos son rápidos, así que de vez en cuando tengo que acelerar mis pasos para poder alcanzarlo.

-Camina más rápido piernas pequeñas -lo mire mal

Eso intento-me queje.

¿Cómo enamorar a Laia?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora