Las consecuencias de esa noche

Capítulo 8. Un almuerzo inesperado.

Becky.

Maratón 3/3

Odio, enojo, confusión fue lo que sentí al escuchar a la esposa de la señora Sarocha, acusarme a mí de ser su amante, no lo soy ni lo seria nunca, no quiero ser la segunda opción de nadie.

Después que la señora Sarocha, me mandara a su oficina suspiré para tranquilizarme, tengo que sacarla de mi mente y olvidar todo lo que pasamos esa noche, si no hubiera sido por culpa de esos tragos jamás me hubiese acostado con ella, además ni siquiera sabía qué iba estar ahí.

Tonta Becky, solo a ti se te ocurre acostarte con tu jefa, me decía una y otra vez. Cuando ella pidió disculpa la verdad no sabía porque me había quedado en blanco hasta que ate cabos, de Freen no quería disculpa si no de ella, cómo se atrevía hacerme escándalos.

Gracias al cielo la señora tuvo muy ocupada durante días así que ls veía al mínimo y eso era reconfortante para mí.

Desde el día del escándalo preferí poner un punto y final a lo que sucedió entre la señora Sarocha y yo, eso fue de una noche nada más, tampoco es que me gusté, La Mujer se mueve bien y tiene un olor delicioso, pero ya nada más de ahí ¿no?— A quien le quiero mentir, esa Mujer se mueve como los mismísimos dioses y su tamaño, su forma de entrar y salir de mi es fascinante y la manera en que hace que mi cuerpo se estremezca y logre varios orgasmos los cuales nunca en mi vida lo había logrado.

Hoy regreso contenta tal vez recibió buenas noticias o tal vez limo asperezas con su esposa y no está mal, creo que lo mejor fue renunciar, otro escándalo más de esa señora y me va conocer la doña.

—Ya basta Becky no te rebajes —enciendo el ordenador y continuo con mi trabajo.

—Becky puedo hablar contigo —doy un respingo al escucharla levanto la vista topándome con su mirada penetrante.

—¿Hablar sobre que señora? —Mi corazón late desenfrenado y mis manos sudan.

—Lo que pasa es que hoy...

—Disculpe tengo que atender —el bendito teléfono sonó interrumpiendo la conversación.

—Adelante.

—Buenas tardes Industrias Russo.

—Señorita Armstrong que gusto escuchar su voz —Sonrió.

—Señor Ballakit, el gusto es mío —escucho un carraspeo al frente.

—Tomare la llamada en mi oficina —dice seria, a esta que mosco le pico.

—Ya se la paso —gira sobre sus talones y se va a su oficina, me encojo de hombros y sigo con lo mío.

Espere a que ella saliera y me dijera que era lo que me iba decir, pero no lo hizo y no era que yo le iba preguntar, pero si me dejo con la quisquilla de que era lo que me iba decir.

En la tarde salgo del edificio directo al colegio de mi hermano ya que hoy tiene un juego importante...

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—Becky y tu jefa no ha venido más o no la has invitado

—No la he invitado y no lo haré, come que necesitas recuperar energías

—Me cae bien

—Sí, hablamos de otra cosa quieres

—Está bien no entiendo porque, pero bueno parece ser buena Chica.