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Después del beso con Gaeun, sintió la desesperación de terminar su relación con Yuri. Es decir, la había engañado, una razón más para terminar con ella.

Esperaba sentado en una banca. Habían quedado en encontrarse. Y a lo lejos se acercaba ella, vestida con el uniforme escolar. Y cuando estuvieron finalmente cara a cara, Jungkook tartamudeo.

—Tenemos que hablar... —la chica bajó la cabeza tratando de no solar ni una lagrima y asintió— sobre nosotros.

—Exageré las cosas, Jungkook —se apuró a decir—. Lo siento...

—No es por lo de la otra noche, Yuri. —se le dificultaba hablar, él también tenía los ojos cristalizados.

—¿Necesitas espacio? Te lo daré —habló desesperada—. No te preocupes, Jungkook. —pero él negó.

—No necesito espacio... —suspiró y la miró a los ojos— Quiero terminar contigo.

—Jungkook... —titubeó llorando.

—No podemos seguir con esto. Ya no puedo darte lo que quieres porque no siento lo mismo que tú.

—Sé que hay alguien más —dijo como pudo— ¿Es por Gaeun?¿Es ella?

—Me he dado cuenta que no te amo, Yuri — dijo frustrado—. Debes entenderlo.

Ella negó y con brusquedad, se quitó el collar que el castaño le había regalado y lo tiró a sus pies. Se fue totalmente enfadada.

...

Jungkook caminaba hacía la entrada del hospital para visitar una vez más a Gaeun. Allí se encontró a Jimin, ambos se acercaron y saludaron.
En los meses que habían estado allí, crearon una muy linda relación. Se consideraban muy buenos amigos.

—¿Que tal, amigo? —dijo el ahora, peli naranja.

—Un poco nervioso... —dijo tímido.

—¿Por qué?

—No he visto a Gaeun desde que salimos... debe estar triste.

—Lo está, Jungkook —cuando Gaeun le contó lo ocurrido se molestó con él. Ella se sentía confundida e incluso pensaba que había hecho algo mal —. Si no le pides disculpas, iré a tu casa y te las verás conmigo. —lo amenazó.

El castaño solo asintió. Retomó su camino hacia la habitación de su mejor amiga.
Subía las escaleras y el recuerdo de ese beso invadieron su cabeza. Recordó lo suave y cálido que eran sus labios. Su corazón comenzó a latir rápido.
Era evidente que le gustaba, y ya no había ningún impedimento para decirle lo que que sentía.

—Tengo que decirle...

De pronto su teléfono comenzó a vibrar, era su entrenador quien lo llamaba. Aceptó y subió el volumen del celular.

—Hola, entrenador. —habló respetuosamente.

—¡Jeon Jungkook! Mí jugador estrella —ese cumplido lo hizo sonreír— Te tengo noticias.

—Digame, señor.

Tenemos otro torneo e irán unos scouts de uno de los clubs más importantes de Inglaterra —Jungkook estaba sorprendido y feliz—. Tienes que aprovechar esta oportunidad para mostrar tu talento.

—¡Si, señor! Haré mí mayor esfuerzo.

—¡Prepárate porque en dos días iremos a Seúl!

No lo dejó responder y cortó la llamada.

El castaño no lo podía creer, finalmente, después de tanto, su sueño estaba muy cerca de cumplirse.
Tenía que contárselo a alguien, asi que subió las escaleras rápidamente, corrió por el pasillo hasta que encontró la habitación de Gaeun. Se detuvo ahí, arregló su cabello, acomodó su ropa y suspiró. Tocó la puerta con sus nudillos y escuchó un 'Pase' muy ligero. Tomó la perilla, abrió la puerta y entró.

la última flor | j.jungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora