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JungKook nunca tuvo deseos homicidas hacia alguna persona, ni siquiera cuando fue cruelmente molestado en el colegio. Sin embargo, en ese preciso instante, estaba luchando contra las ganas de acercarse a ese omega que le coqueteaba descaradamente a JiMin.

Su JiMin.

Sentía la ira hervir en su cuerpo y poco más quería atacar el cuello de ese chico, morderlo y hacer que se desangrara. Un poco exagerado, pero no podía evitarlo, porque las ardillas eran celosas por naturaleza, en especial en lo respectivo a sus parejas. Hasta el momento nunca tuvo motivos para actuar de esa forma, ya que JiMin jamás siquiera miró a otro omega con ojos románticos. JungKook sabía muy bien que su novio le amaba.

Pero le enfurecía enormemente ver cómo los omegas se le quedaban mirando. En especial ese último.

―Uh, Kook, apestas a feromonas de enojo ―comentó Taehyung, haciéndose oír por el ruido de la música.

―Mira a JiMin ―dijo HoSeok―, sigue conversando con ese chico como si nada. Si fuera YoonGi...

―O Jin ―provocó Tae.

―... le lanzaría algo a la cabeza, como una zanahoria ―terminó de decir HoSeok antes de darle un golpe a su amigo zorrito, que se quejó.

JungKook hizo un mohín con su boca. El chico omega, que era un híbrido de gato, le parpadeaba coquetamente a JiMin. Lo había reconocido porque no era la primera vez que se le acercaba a su novio, pues eran compañeros de carrera, y cuando iba a buscarlo a su facultad, solía verlo muy cerca de JiMin. Su novio decía que eran sólo amigos, sin embargo, la ardillita notaba el interés de ese omega y, a veces, lo captaba dirigiéndole miradas de odio a él.

Ese día en específico habían salido todos a una fiesta de la universidad o, como solían decir también, festival y jolgorio. La universidad había prestado uno de los gimnasios para la fiesta final, así que ahí estaban, sentados en una de las gradas mientras los tres miraban a JiMin hablar con Jinho. Namjoon fue en busca de bebidas junto con YoonGi, y JiMin había ido al baño cuando fue interceptado por Jinho.

―Ya, ve a buscar a JiMin ―suspiró HoSeok cuando pasó otro largo minuto y el novio de su amigo seguía conversando con el roba-novios.

JungKook emitió ahora un bufido y se puso de pie, estirando su playera. Confiaba en su novio, claro que sí, al fin y al cabo, la semana pasada cumplieron tres años juntos. JungKook llevaba su marca con orgullo, le gustaba mostrarla y hacerle saber a todo el mundo que era una ardillita ocupada. Pero sus instintos animales eran más fuertes en esa situación, y lo único que quería era arrancarle la sonrisita a Jinho de un puñetazo.

Se abrió paso por la multitud de personas, acercándose lo más rápido posible a JiMin, y cuando ya estaba a solo pasos de él, cambió su expresión: puso una sonrisa enorme.
                                                        
―¡Minie! ―gritó con fingida emoción, lanzándose sobre su novio y agarrándole el brazo―. ¿Vamos a bailar?

―Uh, Koo ―JiMin se rió con su gesto, pasando un brazo por su cintura y atrayéndolo hacia él―, mira, Jinho me estaba hablando sobre una de las clases...

Jinho ya no le sonreía a JiMin y miraba con mala cara a JungKook. El omega ardillita seguía sonriendo con encanto, aunque había poco humor en sus ojos, y sin evitarlo, extendió feromonas posesivas alrededor de su chico.

―¿Pero por qué conversan de las clases en esta fiesta? ―exclamó JungKook, volviendo a tirar de JiMin―. Vamos a bailar, por fis...

―No seas grosero con Jinho ―le regañó JiMin―, ni siquiera le has saludado.

Wild Chipmunk | JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora