¿Cómo qué bebés?

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"Un padre no es el que da la vida, eso sería demasiado fácil, un padre es el que da el amor"


Hermione caminaba por los pasillos mientras guardaba el libro que había estado leyendo la última hora. Se había concentrado tanto en la historia, que había perdido la noción del tiempo y ahora iba tarde para su clase. Pero suspiró con alivio cuando vio que aún había estudiantes afuera.

—Hermione– la llamó una estudiante de Hufflepuff con la que compartía clase—hola.

—Hola Sophie ¿aún no ha llegado el profesor?

—No, en realidad nos informaron que debíamos dirigirnos al Gran Comedor. Las clases fueron suspendidas—respondió la chica mientras le dedicaba una sonrisa radiante.

—¿Suspendidas? ¿Por qué?

—No lo sé. Supongo que quieren informarnos algo. Algunos ya se adelantaron, pero quise esperar para que no fueras sola.

—Oh, muchas gracias Sophie, no tenías que hacerlo.

—No es nada, me gusta pasar tiempo contigo—aseguró. Y empezaron a caminar hacia el Gran Comedor. 

Sophie le empezó a contar sobre su día, sobre algo gracioso que pasó en una clase y el trabajo de Herbología que aún no había empezado.

Hermione empezó a reunir pistas, algo que hubiera pasado desapercibido en las semanas anteriores. Su mente estaba trabajando a toda marcha. En Hogwarts nunca suspendían las clases a menos que existiera una razón muy importante o un peligro inminente. Tal vez un ataque o algún intento de revivir al señor oscuro, las posibilidades eran infinitas. Tenía que apresurarse si quería descubrir la verdad. 

—¿Hermione? ¿Sigues conmigo?

Tan perdida estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta de que había ignorado a su compañera. Trató de pensar en alguna excusa que la ayudara a salvar la situación, pero al ver la sonrisa de complicidad que le dedicó Sophie, prefirió decir la verdad. 

—Lo siento Sophie, me perdí un poco en mis pensamientos.

—Eso supuse—dijo con diversión—No te preocupes, solo quería despedirme correctamente—señalando las puertas del Gran Comedor, frente a ellas— ¿te veo después?

—Seguro, gracias por acompañarme. Adiós Sophie.

Hermione se alejó sin esperar respuesta de la otra chica. Busco a sus amigos con la mirada mientras caminaba a paso apresurado. Decenas de estudiantes ya se estaban acomodando en sus mesas, todos se estaban preguntando exactamente lo mismo.

—¿Saben qué está pasando?— preguntó Hermione en cuanto se sentó en su mesa.

—No lo sé, la profesora McGonagall solo interrumpió el entrenamiento diciendo que tenían un anuncio importante que hacer— dijo Harry mientras se acomodaba las gafas. Tenía puesto el uniforme de Quidditch y el cabello despeinado—pero parece algo importante.

—¿Crees que se trate de otra guerra?—preguntó el pelirrojo con aprensión.

—No seas tonto Ronald, si fuera así, papá ya nos habría dicho algo—respondió Ginny, mientras le quitaba una ramita del cabello a Harry.

La preocupación se instaló en todos los presentes. Harry parecía a punto de salir corriendo para rescatar a cualquiera que estuviera en peligro.

—Sea lo que sea, este no es un mensaje para todos los estudiantes—dijo Hermione observando el Gran Comedor.

Dos Parkinson y MedioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora