Operación Maternidad

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Hermione respiró profundamente antes de soltar el aire. Repitió el procedimiento un par de veces más, mientras escuchaba el suave tic tac del reloj.

—¡Muy bien! ¡Excelente!—una mujer joven, de ojos azules y cabello castaño terminó su ejercicio de respiración y bajó los brazos con gracia—Después de este momento de relajación para quitarnos el estrés de las clases, es momento de comenzar con nuestra primera clase de maternidad. Por favor, cada pareja debe tomar una de las bolsas de tela que se encuentran sobre la estantería de la esquina. Después elijan un par de cojines para sentarse y pónganse cómodos.

Blair Conway, era su instructora de maternidad. Una joven medimaga de San Mungo, que se encargaría de preparar a los padres primerizos durante las siguientes dos semanas. Después de eso, ella sería una de las encargadas de evaluar la salud y desarrollo de los bebés.

Habían dividido la clase de maternidad en cuatro grupos para evitar saturar la sala y que no afectarán las clases, algo que Hermione agradeció mucho. Pero, para su mala suerte, ni Harry ni Ron coincidían con ella.

Así que ahora estaba en esa sala, observando una de las escenas más extrañas que se pudiera imaginar. Uno de los salones del quinto piso había sido adaptado para parecer un acogedor centro de maternidad, con cojines afelpados, muñecos para practicar, pañales, biberones y otras cosas que Hermione jamás había visto. El lugar estaba decorado de colores neutros e infantiles, la luz entraba por los ventanales haciendo que pareciera mucho más familiar. Definitivamente estaba muy lejos de parecer un aula común en Hogwarts.

Las primeras valientes en tomar una de las bolsas de tela fueron Katie Brennan y Diane Westmeath, la pareja más popular de Hufflepuff. Hermione tenía que admitir que hacían una pareja adorable, las había visto interactuar un par de veces antes y siempre estaban tomadas de la mano, sonriendo de alguna tontería o caminando por los jardines.

—¡Por Merlín, son insoportables!—Pansy se quejó.

—Lo sé, pavoneándose por ahí como si fueran la pareja perfecta—Daphne soltó un bufido antes de tomar la mano de Blaise y encaminarse hacia la estantería. Pansy los siguió, ignorando completamente a su pareja.

Hermione estaba a punto de seguirlos. Necesitaba hablar con Pansy y aclarar las cosas, pero fue detenida por Lavender, la cual parecía sumamente emocionada.

—Hermione, esto es increíble. Este grupo es perfecto—dijo, mientras brincaba sobre las puntas de sus pies—Por Merlín, no puedo creer la suerte que tengo.

Hermione miró alrededor, intentando entender a qué se refería su compañera—¿De qué estás hablando?.

Lavender la miró, como sí le faltara un tornillo. Pero después sonrió antes de explicarle algo tan obvio.

—Hermione ¿ya viste todas las parejas que están en este grupo?—señaló con su mano alrededor—son dos terceras partes de las parejas más populares de mi blog. Tengo acceso, de primera mano, a todas las exclusivas que pasen en este taller. 

Y en efecto, así era. Pero a Hermione eso no podía importarle menos. Ella solo deseaba que esta pesadilla terminara lo más pronto posible.

—¿Qué clase de exclusivas esperas conseguir en un salón de maternidad? Lo más emocionante de lo que se hablará aquí, es sobre cómo preparar correctamente un biberón.

—Oh, Hermione—Lavender se puso una mano en el pecho, dramáticamente—solo espera. Esto será un hervidero de polémica.

Antes de que pudieran continuar con su conversación, la clase recibió órdenes para tomar sus lugares y empezar.

Dos Parkinson y MedioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora