Capitulo 1: El Sello

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"Todos somos genios,

Pero si juzgas a un pez por su habilidad de trepar árboles,

Vivirá toda su vida pensando que es un inútil"

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El mundo de la hechicería no volvería a ser el mismo después de caer en la oscuridad aquel 31 de Octubre. El infierno descrito en tantas religiones se había hecho realidad en Tokio.

La esperanza que guardaba el sello los había mantenido en pie durante la ausencia de Satoru Gojo, a pesar de que día a día veía como las grandes ciudades de Japón se convertían en un cementerio sin fin, consumidas por maldiciones y reencarnados, que al final del día parecían más de lo mismo ¿Es que todos los hechiceros guardaban dentro de sí esa destrucción y oscuridad? Cuando vio los estragos de los reencarnados comprendió el motivo por el cual el final de los hechiceros debía llegar con un brillo de energía maldita.

Desde que tomó aquella katana aceptó su destino, era consciente de que podía morir en cualquier misión y estuvo de acuerdo con eso con tal de ayudar a su familia. Durante años entrenó para luchar y acabar con las maldiciones arriesgando su vida y lo que en un inicio realizó por el bien de su familia, ahora lo hacía por los lazos que había formado con sus compañeros, no habían sido amigos íntimos, pero ahora más que nunca estaban juntos en este barco y no podía dejarlos, tenía que ayudar de alguna forma, no quería seguir viéndolos morir sin hacer nada.

Es por ello que se ofreció voluntaria para ir a Sendai a entregar el mensaje a Yuta Okkotsu; sin embargo, en más de una ocasión pensó que ese sería el último lugar que la viera en pie, ya que las maldiciones abundaban, la mayoría de ellas eran de baja categoría y pudo hacerles frente con el par de sai que pudo conseguir antes de partir; sin embargo, llegó a encontrarse con una maldición categoría uno que la acorraló en las ruinas de un edificio.

En ese momento, mientras veía su vida pasar, pensaba en su familia, en sus amigos y en él, en Satoru Gojo, lo que al principio se dio como un gusto después de conocerlo se volvió algo más fuerte... se arrepentía de no haberse esforzado más y le dolía no haber tenido más tiempo para acercarse, añoraba la calidez y alegría que sentía cerca de él... cuando estaba resignada a su destino, el recuerdo de Satoru Gojo parecía rescatarla, sintió una energía inexplicable que venía de lo más profundo de sí y de pronto se encontraba recostada sobre los escombros, ilesa. Lo mismo sucedió un par de veces más. Cuando conseguía un lugar seguro para descansar cerraba los ojos y trataba de repetir los últimos movimientos que hizo con los sai. Al final, cansada de sus caminatas y frustrada por no recordar lo sucedido, caía rendida en sueños borrosos y confusos, que al final terminaron por convencerla de tener alucinaciones debido al estrés y la deshidratación.

El caos acabó cuando el sello se rompió, la esperanza encarnada en el poder de Satoru Gojo prometía poner todo en su lugar y recuperar el equilibrio perdido. Después de su liberación hubo muchos cambios en las escuelas; en ausencia del director Yaga, Satoru Gojo y los hechiceros más experimentados de primer grado tomaron las riendas de la escuela de Tokio a través de un consejo, al estar en el área más golpeada y cercana al frente de batalla se convirtió en el cuartel principal de la resistencia y lugar de entrenamiento de los hechiceros, mientras que Kioto al estar en un lugar más apartado se decidió como un centro de respaldo y refugio para las familias de los hechiceros, gracias a ello pudo poner a su familia a salvo en un lugar más cómodo y seguro.

Fueron semanas de entrenamiento incansable, ahora que no podía usar su katana debía mejorar su físico y resistencia para poder manipular otro tipo de armas aparte de los sai y mejorar en la lucha cuerpo a cuerpo, probablemente no estaría en primera línea de combate, pero había miles de maldiciones y reencarnados que prometían reducir todo a polvo.

La Estrella en el CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora