El niñero

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Las flores son tan bonitas y delicadas, pero cuidado se les tiene que dar o se podrían marchitar.

—¡TUBBO!– nombre que no dejaba de salir de la boca de cierta joven— ¡¡TUBBO!!– una y otra vez, hasta que la angustia no le permitiera más.

Lo perdió, perdió al niño que tenía que cuidar con su propia vida. Sus manos temblaban de temor y sus ojos llenos de lágrimas que amenazan con salir.

Las personas de su alrededor solo la juzgaban con la mirada, "¿quien puede perder a su propio niño?" Frases como esas se oían, no le importaba, y tampoco se detendría a escucharlas una por una, el objetivo más importante era buscar al infante.

—mierda... te dije que no te alejarás– masculló con desesperación.

Siguió buscando durante unos minutos y su angustia crecía y crecía, ojalá alguien pueda ayudarle.

—¿donde se metió?– una voz infantil se oyó.

Alan no se rindió, también estaba buscando a Tubbo, con otras intenciones, claro.

— ya casi me tengo que ir y ese mimado no aparece– susurró con enfado.

—Alan– nombró cierta muchacha — ¿haz visto a Tubbo? Es que se me perdió de vista.

El niño se quedó estático por un momento, pero al ver quien era se relajó, puede que sea la niñera de Tubbo, pero ella era una de las que pensaban que era un niño ejemplar y sobretodo un 'buen amigo' de Tubbo, jamás se imaginaría que él acosaba a niños como él.

—oh hola– saludo con una sonrisa— no, no lo he visto, hace unos momentos estábamos  o bueno estamos jugando al escondite, pero no lo encontramos– soltó con inocencia

— gracias al cielo que están jugando, por un momento pensé que le había pasado algo malo– y el menor se vuelve a tensar.

—¡¡nop!! estamos jugando, pero como no lo encontraba quería avisarte que a lo mejor está escondido todavía.– mentira — Bueno ya me tengo que ir, mi mamá me está llamando, adiós– se despidió la más rápido que pudo para salir corriendo hacia su mamá.

Mentiroso.