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Un quejido proveniente de su pareja hizo que el pelirrojo volteara y mirara a su omega con preocupación, el castaño se encontraba con la mano en el vientre mientras en su lindo rostro había una mueca de dolor

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Un quejido proveniente de su pareja hizo que el pelirrojo volteara y mirara a su omega con preocupación, el castaño se encontraba con la mano en el vientre mientras en su lindo rostro había una mueca de dolor.

Jisung miró hacia su alfa con súplicas, como siempre, un pinchazo en el vientre le había hecho detenerse en el lugar.

Las personas a su alrededor miraban curiosos gracias al olor ligeramente más dulce del omega, eso y la belleza del castañito.

Sin embargo, todos dejaron de mirar apenas notar que el delicioso olor a manzana se encontraba mezclado con un fuerte pero rico olor a miel y canela.

El alfa pelirrojo no sabía qué hacer para calmar el dolor de su bebé por lo que solo pudo envolverlo en sus feromonas y ayudarle a acariciar su vientre.

Jisung intentó alejar la mano de su pareja pero era tarde, el alfa acarició su vientre pero frunció el ceño al notar algo raro.

El vientre de su Jisunggie se encontraba un poco más grande.

Hyunjin miró al omega con duda pero este solo miró al suelo con un gran sonrojo en las mejillas, de nada había servido ponerse esa holgada camisa si igualmente Hyunnie se iba a dar cuenta de que subió de peso.

Lo había notado hace una semana, su vientre al igual que su pancita habían crecido un poco, no estaba particularmente gordo pero sí que estaba un poco más rellenito, el omega hizo un puchero al pensar en eso.

Jisung se armó de valor y levantó la mirada hacia el pelirrojo, este se encontraba aún acariciando su pancita abultada.

— Te ves más bonito con una linda pancita —dijo el alfa, sacándole una sonrisa al castaño.

Jisung se sintió feliz al ver que a su pareja no le importaba, en realidad sabía que a su Hyunjinie nunca le importaría su apariencia, pero el miedo era inconsciente.

Hyun al ver a su bebé más calmado sonrió ampliamente, tomó la mano de su omega y ambos siguieron recorriendo el centro comercial con una sonrisa en el rostro.

Hyun al ver a su bebé más calmado sonrió ampliamente, tomó la mano de su omega y ambos siguieron recorriendo el centro comercial con una sonrisa en el rostro

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Hyunjin volvió a suspirar en cuanto sintió el tirón en su mano, miró a su lobito, este lo miraba con ruego mientras lo tentaba con sus dulces feromonas.

— Bebé, pero si recién te compre torta de melocotón, también compre helado de vainilla hace media hora, te dolerá el estómago —El castaño hizo un adorable puchero.

— Pero quiero comerlo —Jisung apuntó con su dedo hacia una tienda que decía en un letrero "Mr. Donus", según el nombre vendían donas.

El pelirrojo suspiró pero aun así no podía negarle nada a su lobito por lo que decidió ir a comprarle las donas que deseaba.

Ambos caminaron hacia la tienda y pidieron dos donas de fresas, ambos siguieron caminando mientras comían pero a mitad de camino la dona del omega se acabó, Jisung miró a su alfa con ojos brillantes y un puchero en los labios.

Hyunjin suspiró y le entregó lo que quedaba de su dona, pronto el castaño comenzó a comerla, sus mejillas estaban llenitas al igual que un lindo hámster, eso hizo sonreír al pelirrojo el cual acarició el cabello de su bebé.

Definitivamente, amaba a Jisung, esté llenito o no, lo adoraba con todo su corazón.

Un amargo olor a manzana llegó a su nariz desde los probadores para omegas, Hyunjin se levantó con preocupación y fue hacia el probador, se resistió a abrir el mismo y preguntó desde el exterior

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Un amargo olor a manzana llegó a su nariz desde los probadores para omegas, Hyunjin se levantó con preocupación y fue hacia el probador, se resistió a abrir el mismo y preguntó desde el exterior.

— Sungie, ¿está todo bien ahí dentro? —Al escuchar el silencio volvió a preguntar—. ¿Bebé?

— No me queda el pantalón... —La cabeza del omega se pudo ver después que la sacara por la gruesa cortina, había un sonrojo instalado en sus mejillas.

Jisung estaba avergonzado y frustrado, habían ido a dos tiendas pero no le quedaba ningún pantalón, se sentía un poco mal.

— No te preocupes bebé —El alfa le restó importancia al asunto, solo llamó a la empleada y le pidió un pantalón del mismo modelo pero una talla más grande.

— ¿Y si ese tampoco me queda? —cuestionó el omega castaño, Hyunjin solo sonrió tranquilizadoramente mientras intentaba calmarlo con sus feromonas.

— Pedimos otra talla o vamos a otra tienda, no hay problema con eso lobito, pienso que igual te ves muy lindo con tu pancita —Esa afirmación calmó mucho a Sung.

Se estaba sintiendo estresado con sus malestares, lo del pantalón y la inexplicable necesidad de estar comiendo algo cada cinco segundos lo tenían al borde de la desesperación.

Sin embargo, su alfa siempre lograba calmarlo.

Con una sonrisa volvió a meterse al probador, el pantalón le quedaba un poco apretado, pero no importaba, su alfa lo amaba así.

Tal vez no estaba mal pedir un helado al salir de la tienda de ropa.

Tal vez no estaba mal pedir un helado al salir de la tienda de ropa

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Little Problem | HyunsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora