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—No juegas limpio.

Yeji leía plácidamente en el sillón con su pierna cruzada, mostrando todo debajo de su falda.

Dejó el libro a un lado y miró a su compañero, quien tenía sus manos detrás de si, reuniendo fuerzas como todo un soldado de guerra para así no decaer en la trampa del enemigo o sucumbir ante las tentaciones del diablo.

Cristo está en mi corazón.

Se repetía una y mil veces como si fuera un mantra que debía memorizar para sobrevivir.

—¿Yo?.—se señaló solita. —Vamos, aun quedan doce horas todavía. Sé que podrás hacerlo.sonríe de lado, volviendo a su lectura.

Hyunjin maldijo internamente en haber aceptado tal reto. Aún faltaba demasiado tiempo para ganarse su merecida cita con Yeji "tramposa" Hwang.

—¿Necesitas algo más?.

—Me las pagarás, pitufo.

—Oye, sólo me pasas por quince centímetros. Enano.—repitió en burla.

El chico sabía bien que su rival lo provocaba, y él como estúpido, estaba seguro que terminaría cediendo ante sus encantos.

Recuerda Hyunjin, Cristo está en mi corazón.

Con aquello, se va hacía la cocina. Yeji ríe bajito, le encantaba hacerlo sufrir. Se lo merecía por ser un maldito pervertido.

—¡Me daré un baño!.—grita suficientemente alto para que Hyunjin oyera.

Más no obtuvo respuesta, mucho mejor porque sabía que la ha escuchado. Suspira, yéndose hasta su cuarto en busca de nuevas prendas.

— ¡Por cierto, mi hermano y su novia vendrán en un ratito! ¡Abre la puerta por favor!.—pidió al encerrarse en el baño.

Hyunjin respiró de nuevo, apoyándose sobre la isla de la cocina. No alcanzó a oir lo último, pues, ni siquiera escuchó lo primero y todo por tener audífonos puestos.

Continuó pelando papas, tenía pensado impresionar a la chica con un rico almuerzo americano. De esos que cocinaba para Chaeryeong a cambio de su silencio. La enana jugaba bien sus cartas, digna de ser una Hwang.

Condimentó la carne, encendió el horno y puso a cocinar por al menos unos buenos minutos.

Oyó el timbre, frunció su ceño ya que no esperaban a nadie. Quizás era un encargo o algo así, más se equivocó al abrir y encontrarse con un chico de cabello azabache, alto y con una bonita sonrisa cuadrada.

—¿Si?.

—¿Aquí vive Yeji o se mudó?.—preguntó temiendo de haberse equivocado de lugar.

—No, ella vive aquí. ¿Quién eres?.—responde directo.

— Minho, su...

—¡Minho!.— Yeji chilla desde adentro, haciendo que ambos chicos la miraran. Había cambiado su atuendo completamente, ya no vestía aquel provocativo top o esa extrovertida falda.

La menor se lanzó hacía este enrollando sus piernas sobre la cintura del pelinegro y rodeó su cuello con mucha alegría.

Algo que incómodo en todos los sentidos a Hyunjin.

—Ejem...—tosio para hacer saber que no estaban solos. —Iré a ver el horno, con permiso.

Se retiró sin mirarlos, al parecer él era el único que sobraba ahí.

—¿Él es de quién hablaste con Lía?.

Yeji asiente, pues a su parecer le resultó extraño el comportamiento del pálido.

Lo dejó pasar por ahora.

—Hablando de Lía, ¿dónde está?.

—Tuvo un inconveniente con un cliente, se unirá a nosotros pronto.

Yeji invita a su hermano a que pasara, guiando al azabache hacia el sillón mientras el almuerzo estuviese listo.

—Por cierto, traje esto—.sacó de una bolsa, un vino blanco, de esos que le gustaba mucho a Yeji.

— ¡Eres el mejor! ¡Por eso te amo!.—abrazó al mayor, sin percatarse de que Hyunjin podía oírlos.

¿Debe ser su pareja? ¿Por algo se vistió tan bonita?.

Negaba, queriendo ignorar esas sensaciones estúpidas que pensaba seguido. Después de todo, él y Yeji simplemente eran compañeros de departamento.

Un regocijo tonto se instaló en su pecho y una sonrisa amarga surco sus labios.

—Que idiota eres, Hwang.—se reprochó así mismo mientras terminaba de cortar las zanahorias.

Oía risas provenir del living, eran ellos dos siendo felices.

—Bah.—susurró haciendo oídos sordos.

En ello, Yeji ingresó a la cocina junto a la botella que su hermano trajo desde Busan.

—¿Todo bien?—.cuestionó. Hyunjin asiente en un movimiento de cabeza. —¿Seguro?.—volvió a indagar, sin embargo no recibió respuesta.

Bien, eso era algo de que preocuparse realmente. Hyunjin no suele ser callado, todo lo contrario, le gusta responder al instante.

—De acuerdo...—murmuró Yeji extrañada. —Iré con Minho.

Nuevamente no recibió respuesta.

¿Qué mosquito le picó ahora?. Piensa Yeji una vez sale de la cocina.

—Uh, ¿y esa carucha?.

—¿Qué?.—dijo esta un poco distraída.

—¿Sucedió algo con Hyunjin?.

Yeji de inmediato aterriza sobre tierra. Sin embargo, niega.

—Ya veo...—susurra. —Entonces... El monstruo de las cosquillas te hará reír.

Y allí empezó una ardua guerra de cosquillas en la que Yeji, reía a carcajadas sobre el sillón. Desde pequeño, Minho acudía a hacerla sonreír y reír de sus bromas cuando se encontraba triste o apenada.

—Dios, para. —Yeji no podia respirar de tanto reírse. —Haras que me haga pipi.—balbuceo completamente roja y sin respiración.

—¿Ya estás mejor, Ji?.—sonríe complacido de ver a su hermana menor alegre.

—Lo estoy, pero no vuelvas a hacerlo. No quiero pasar verguenza ajena de nuevo.— Minho comprendió a que se refería exactamente.

—Va, pero al menos cumplí mi misión de hermano mayor.

La castaña roda sus ojos, ahora entendía que vio Lía en él. Ambos eran demasiado extras para su edad.

—Veo que se divirtieron mucho.— Yeji volteó viendo a un Hyunjin con el ceño fruncido. —La comida está hecha, disfruten.pronunció tomando su abrigo.

Yeji de inmediato se levantó del sillón, corre a él y lo detiene del brazo.

—¿Saldrás?.

—Es algo obvio, ¿no crees?.—responde con sarcasmo. —No quiero ser una molestia, quedé en juntarme con alguien. —mintió. En realidad, sólo quería huir de aquello que empezó a sentir demasiado abrumador.

—Pero... Pensé que querrías conocer a mi...

Una llamada interrumpió su conversación.

—Hola, si soy yo.—habló Hyunjin, siendo el centro de atención de ambos hermanos Hwang. —Claro, te veo ahí Ryu. Adiós.—cortó y guardó el celular en el bolsillo de su abrigo. —Con permiso.—hizo una leve reverencia, tomó la llave del departamento y salió sin pronunciar oración alguna.

—Eh... ¿Qué fue todo eso?.— Minho rascó su nuca con mucha confusión.

—No sé...—la curiosidad invadió a Yeji de golpe, que ella supiera, Hyunjin no tenía amistades femeninas o al menos eso pensaba.

¿Quién es Ryu?.

Suspiró ahora sin entender ese revoltijo que inició de golpe en su estómago.















Pervert Oppa [2 Hwang]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora