Una historia muy aparte

7: Nuevo cliente

Tardaron alrededor de tres semanas, pero finalmente habían llegado a un pueblo que se veía prometedor para establecerse. Estuvieron muchas veces de un lado a otro, parecían estar a punto de quedarse en un sitio, o les hacían creer eso a la gente y desaparecían a los días siguientes sin previo aviso. Pero ahora estaban dispuestos a quedarse en un pequeño sitio llamado PuQi, la gente los recibió de manera cálida, muchas mujeres chillaron con lo tierno que era A-Ying y lo llenaron de cariños y caramelos, y varios hombres del sitio ayudaron a que Xie Lian reconstruyera una casa abandonada para así tener un nuevo hogar.
Durante todo el transcurso, Xie Lian y Hua Cheng fueron conociéndose, haciendo que lentamente las barreras que había impuesto se estuvieran desmoronando ante aquel sujeto que trataba con tanto respeto a su hijo. La noche en la que le preguntó porqué huía, tan solo le había dicho: "para proteger a mi pequeño". Pero tal vez, puede contarle completamente porqué huye, tenía que confirmar en definitiva que era confiable, antes que nada.

Catorce días después de su llegada, Xie Ying estaba jugando con Hua Cheng en el gran patio de su nuevo hogar, el uno usaba sus mariposas para hacer al otro elevarse en el aire y moverse por todo el lugar, cuando Xie Lian avisó que era la hora de la comida. El pequeño entró y degustó con entusiasmo lo que había en el plato, pues sabía que ya no iban a seguir escondiéndose. Los tres comían en la misma mesa, Xie Lian al lado de Hua Cheng para tener al frente suyo siempre a su hijo.

-San Lang -dijo Xie Lian, pues en todo este tiempo ya se había hecho costumbre llamar al fantasma de esa manera -, dijiste que querías ser merecedor de mi confianza.

-Así es Gege -el otro también había adquirido costumbre -, ¿Qué puedo hacer para conseguirla?

Xie Ying agarró el frasco de picante en secreto y se lo colocó a su comida.

-En el pueblo que vivíamos antes hay un burdel -sacó un pergamino de su manga -, ¿Podrías entregar este mensaje ahí? Es para avisar a nuestras familiares que hemos llegado a un sitio seguro. Ellas nos ayudaron por mucho tiempo, es por ello que son como familia.

-¡Yo también quiero enviar un mensaje a mis tías y amigos! -gritó el pequeño, revelando sus deditos rojos.

-Por supuesto A.... -la cara de Xie Lian se volvió pálida cuando notó la cantidad de condimento que se había puesto el menor -¡Por el rey fantasma, Xie Ying! ¡¿Qué es esa cantidad de picante!? -se levantó de golpe para intentar suavizar la concentración del condimento -¡¿Cómo se te ocurre comer tanto?! Apenas tienes cuatro años, ¡¿Y si te quemas demás la boca?! -al ver qué no servía sujetó el plato y lo botó a la basura, dejando a un A-Ying triste.

Hua Cheng susurró al pequeño, pasándole por escondido otro frasco de picante, para que pueda comer con consideración.

-¡Ni se te ocurra darle más picante, Hua Cheng! -gritó Xie Lian desde afuera, sorprendiendo a los otros dos dentro de la casa. Haciendo que Xie Ying sujetara el frasco y saliera corriendo para esconderlo, siendo perseguido por su madre.

La noche cayó, y junto con ella se daba la partida de Hua Cheng hacia el pueblo con el mensaje. Xie Lian le prometió que si lo hacía de manera correcta, y volvía con una respuesta por parte de las mujeres del burdel, entonces podría contarle lo que él esperaba. Realmente había otra razón por la cuál enviaba lejos al fantasma, y era intentar no ser tan apegado a él. En todo ese viaje, se fue acercando más y más, sintiendo levemente una cálida sensación dentro suyo.
No, no, no. Ni de broma va a permitirse eso, es por ello que, para evitar que ese sentimiento siga aflorando, pasará una buena cantidad de tiempo sin el otro hombre.

Le aseguró a Hua Cheng que podría defenderse solo, permitió que este dejara una mariposa para asegurarse de que todo estaría bien, y así es como él partió, dejándolos a los dos (madre e hijo) solos en aquella nueva casa. Apenas entraron ya se sintió la ausencia del otro, pues había un extraño silencio que dejaba en claro que ahí solía haber alguien más.