1

386 22 5
                                    

                                Alison Salvatore

Mis ojos se abrieron al oír varias veces la voz de mi padre, Stefan desde la cocina

— Alison nos estamos retrasando — Afirmó mientras sus palabras salían con un tono molesto

— Enseguida bajo — dije tapándome la cabeza con la almohada, me sumergí en la cama, buscando refugio en la oscuridad y el silencio, anhelando dejar atrás las preocupaciones del día y entregarme al consuelo del sueño.  No me apetecía volver a Mystic Fall, desde los dos años he estado viviendo en Chicago, aquí estaba cómoda, tenía a mis amigos y no me aburría, sin embargo la mayor parte de mi familia está allí , hace mucho que no los veo, por no decir que apenas me acuerdo de ellos, tenía ganas de verlos pero no me apetecía en absoluto mudarme.

Me levante de esas cómodas sabanas, levante la persiana y deje que entrara la luz del sol a mi habitación, abrí el armario frotándome los ojos, visualicé el armario mientras pensaba que aún tenía que hacer la maleta que me faltaba, saque lo primero que vi y me lo puse.

— Dios mío como es tan tarde — metí lo más rápido que pude la ropa que me faltaba por guardar en la maleta, lo metí como sea, no me preocupé en que estuvieran arrugadas era lo de menos, vamos a salir a las diez para coger el vuelo, vamos unos 40 minutos tarde hasta que oí la voz de mi madre, Katherine

— Alison, baja ya — me ordeno desde la planta de abajo, al fin pude cerrar la maleta y bajar, me daba nostalgia dejar  la casa en la que he crecido.
Miré mi habitación por última vez y baje.

— Estoy aquí — aclaré

— Me alegro, después de una hora tarde creo que era hora — dijo mi padre algo aliviado

— ¿No desayunas nada? Tu padre acaba de terminar — preguntó

— No tengo hambre, luego — aclaré

Al fin salimos por la puerta de casa, nos dirigimos al aeropuerto nos encontrábamos en la bulliciosa terminal del aeropuerto, impacientes por abordar el avión que nos llevaría a nuestro próximo destino. El murmullo constante de pasajeros, el sonido de las maletas rodando por el suelo y el anuncio intermitente de salidas y llegadas creaban un ambiente cargado de anticipación. Mientras observábamos las pantallas electrónicas que mostraban los horarios de vuelo, sentíamos cómo la emoción y la expectativa se apoderaban de nosotros. Cada anuncio de altavoz nos hacía levantar la mirada con la esperanza de escuchar nuestro vuelo llamado. El tiempo parecía alargarse mientras aguardábamos con ansias subir a bordo y emprender nuestra próxima aventura en Mystic Fall.

— Creo que este aeropuerto parece más grande que una ciudad entera. — dije contemplando lo que tenia enfrente.

— Sí, es enorme. Creo que podríamos perdernos aquí por días.— este respondió indicando la mirada a Katherine.

— No te preocupes, si nos perdemos, siempre podemos vivir en una de esas tiendas libres de impuestos. — añadió Katherine

— Bueno, al menos tendríamos suficientes chocolates y perfumes para sobrevivir un apocalipsis.—

— Hablando de apocalipsis, ¿ Has traído suficientes calcetines?. — No sé qué me

— Papá, siempre estás preocupado por los calcetines Sí, he traído suficientes para todos los climas posibles. — dije con una sonrisa irónica de oreja a oreja

Daughter Of My EnemiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora