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44. Interrupción

Ruslana escuchaba con atención el cómo Chiara le hablaba sobre sus nuevas composiciones musicales, ambas sentadas en su sofá con una distancia casi mínima, es por ello que a la pelirroja le costaba mantener el contacto visual cuando experimentaba la agradable sensación de sus manos rozando.

–Deberíamos componer algo juntas un día.-propuso animadamente y el corazón de Ruslana se detuvo.–Tal vez para otra cita.

La pelirroja levantó la mirada y se sorprendió al notar cómo Kiki también centraba su atención en el roce de sus manos. Se armó de valor y las entrelazo.

–¿Me estás invitando a otra cita?.-preguntó con diversión y sonrió cuando la ojiverde se sonrojó al instante. Lo más seguro es que ella también se encontraba en las mismas condiciones, pero poco le importaba si a cambio sentía ese revoloteo en su interior.

–Yo...

Dos golpes en la puerta principal las sacaron de su burbuja. Ruslana confundida se giró pensando que tal vez sólo eran unos niños molestando.

–¿Esperas a alguien?

–No.-se puso de pie junto a Kiki aún sin soltar su mano, dirigiéndose hasta la entrada.

Se detuvieron ahí unos segundos y hasta que escuchó nuevamente a alguien golpearla la abrió bruscamente.

–¿Nai?.-preguntó Chiara confundida y la nombrada la saludo con una enorme sonrisa.

–¡Hola, Kiki!.-agitó su mano y Chiara le correspondió.-Wow.-centró su atención en Ruslana y esta la miraba expectante.–Por fin tengo la oportunidad de ver a la otra pelirroja en vivo.

–¿Se te ofrece algo?.-trató de preguntarle de la manera más amable pero era casi imposible cuando la chica la estaba barriendo de arriba a abajo.

–A mí no.-respondió finalmente después de su escaneo.–Pero a mi amiga sí.-se movió de la puerta dando visibilidad a una conocida pelirroja.

–Tiene que ser una broma.-estuvo por cerrarle la puerta en la cara a ambas pero la mano de Violeta en la madera la detuvo.

–¡Espera!.-pidió casi suplicando.–Déjame hablar.

–No tengo porque escucharte.

–Seré breve, lo juro.-dirigió su mirada a Chiara tratando de buscar apoyo pero se perdió cuando sus ojos apuntaron a la unión de sus manos.

Tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para controlarse y poder continuar con su plan.

–¿Qué tienes para decir, Vio?.-preguntó Kiki y Ruslana no tuvo más remedio que quedarse a escuchar.

–Quería disculparme.-contuvo su risa cuando la pelirroja la miró como si estuviera loca.–Mi manera de actuar fue muy inapropiada, espero puedas perdonarme, Ruslana. Realmente me gustaría ser tu amiga.

Naiara estaba por soltar la carcajada pero el codazo que Violeta le soltó le regresó las expresiones.

–Yo...-sonrió por dentro cuando se dió cuenta que no sabía que decir, Chiara la miraba satisfecha por sus palabras y festejo internamente cuando se dió cuenta de que había funcionado.–Esta bien, no pasa nada.-Chiara la miraba como si le faltara decir algo más, y obligada a tragarse su orgullo continuó.–Yo también me disculpo por lo que hice.

–¡Siii!.-aplaudía Naiara.–Amigas de nuevo, dense un abrazo de reconciliación.-Chiara rió ante el entusiasmo de su amiga, pero Violeta la miraba como si quisiera matarla.–O mejor...-trató de buscar una escapatoria y Violeta le murmuraba que recordará el plan.–Celebremos con una pijamada de chicas.-Violeta sonrió mirándolas.

–Eso estaría bien, si no es molestia claro.

–Ahora no es el momen...-las palabras de Ruslana quedaron en el aire cuando Chiara soltó su mano al ser tomada por Naiara para darle un efusivo abrazo.

–Será muy divertido.-dijo la ojiverde contagiada por el entusiasmo de la pelinegra. Violeta no desaprovechó la oportunidad de empujar su hombro al entrar.

–Yo siempre estaré un paso más adelante.-le dijo con superioridad aprovechando que por su cercanía solo la escucharía Ruslana.

Iba a ser una larga noche.