—Mi dulce Evangeline—la voz la perseguía mientras ella parecía correr por unos bosques llenos de árboles sin hojas.Podia sentir el aire caliente abrasando su piel y su corazón acelerarse cuanto más cerca sonaba la voz.
A su alrededor,todo estaba muerto.No había flores,los árboles tenían las ramas ennegrecidad y torcidas,y la tierra a sus pies era del color del carbón.
Pero en la muerte siempre se encuentra vida.
Y Evangeline era aquel rayo de luz que brillaba incluso en la más oscura de las noches.Su cabello dorado decorado con una tiara de flores y su vestido blanco destacaban entre la falta de vida de aquel lugar.
Y el Señor de los Muertos sabía que nunca vería una imagen más hermosa en su vida que la sonrisa llena de vida que te hacia olvidar en que lugar se encontraba aquella mujer.
Hades estaba seguro de que por la felicidad que parecía salir de ella a oleadas,nadie adivinaria que Evangeline estaba en el infierno.
Pero ella parecía encontrar belleza en las cosas muertas y rotas.Las encontraba fascinantes.Preferiría mil veces el desencanto del Inframundo a la gloria del Olimpo,y elegiría antes un árbol torcido y seco que uno lleno de hojas y frutos.
Porque eso era lo más fascinante de ella,su capacidad de traer vida a la muerte.
Incluso a él.
Caminó entre las sombras mientras la veía intentar huir.Cuando la vio acercarse al río Estigia,a pocos pasos,decidió salir de su escondite antes de que ella pusiera caerse en el río.
Ella estaba mirando atrás, buscándolo, cuando se vio envuelta en sus brazos.
Dejó escapar un chillido,pero cuando se dio cuenta de quien la tenía,una risa brubujeante escapó de sus labios,y por un momento,Hades podría haber jurado que su corazón latió a toda velocidad.
—Siempre te encontraré,cariño—susurró en su oído,sonriendo para si mismo cuando sintió como ella se estremecía.
Se hundió en su abrazo,sabiendo que cuando despertará,ella realmente no estaría allí con él.
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𝐄𝐭𝐞𝐫𝐧𝐚𝐥 𝐒𝐮𝐧 | 𝐇𝐚𝐝𝐞𝐬
FanficTodos en el Campamento querían a Evangeline Turner. Era imposible no hacerlo. La hija de Apolo tenía una luz propia que te alegraba el día,y siempre viajaba con una sonrisa por donde fuera. Una luz tan profunda que atrajo al mismísimo Señor de los M...