A Meditation on Railroading | Batfamily

Capítulo 3: Baltimore

"¿Qué carajo estás haciendo aquí, Reemplazo?" Jason se frotó bruscamente los ojos con la manga, como si hacerlo lo suficientemente rápido evitaría que Tim se diera cuenta.

"¿Me creerías si te dijera que estoy de vacaciones?" Tim lo intentó, ganándose una visión muy clara del cañón de una .45 y no mucho más.

"Tira del otro," entonó Jason desapasionadamente, con la voz ligeramente ronca. "Estás aquí por orden de Batman, ¿no? Espiándome." Los ojos de Jason aún no habían comenzado a brillar con un familiar color verde espeluznante, pero sus dientes estaban al descubierto en un gruñido furioso, y eso fue lo suficientemente nostálgico como para hacer que el miedo subiera por la garganta de Tim como un enjambre de avispas.

"Jason, vamos." Con cuidado de no mostrar su pánico, Tim hizo lo único que se le ocurrió y se puso de pie de un salto, poniéndose en la luz y dejando que sus brazos colgaran a los costados de manera no amenazadora. "¿Parece que estoy aquí para espiarte?" Sabía qué aspecto tenía. Nada que pudiera interpretarse como equipo, salvo su cámara, que era demasiado tosca y llamativa para ser destripada y reutilizada para espionaje: un saco de arpillera medio lleno de manzanas, jeans y camiseta. Jason era detective; si pudiera recuperarse el tiempo suficiente para detectarlo, sabría que Tim no estaba allí por ningún tipo de asunto oficial nocturno.

Jason miró. Y siguió mirando, con mucha más atención de la necesaria para confirmar su historia. Tim observó nerviosamente cómo los ojos de Jason catalogaban lo que sentía cada centímetro de él: su piel, sucia y sudorosa por el duro viaje. Cabello grasiento y enredado, ropa salpicada de pienso para gallinas y follaje. Sus ojos se detuvieron en los rastros de lágrimas que surcaban la suciedad de su rostro, las manchas de jugo se volvieron pegajosas en sus dedos y alrededor de su boca. Tim resistió la tentación de retorcerse en el lugar. Jason era detective; sacaría algún significado del gesto, armado con la misma agudeza con la que estaba destrozando a Tim en ese momento.

Jason parpadeó un par de veces mientras catalogaba la desconcertante realidad de la situación de Tim, y la lucha dio paso a algo más ligero. Tim lo observó con cautela mientras bajaba el arma y se llevaba la mano izquierda a la cara para... ocultar una sonrisa. Que idiota.

"¡Ey!" Tim espetó reflexivamente. Con arma o sin ella, él no se tomaría esto de brazos cruzados. Era el principio de la cosa.

"La cosa es que literalmente no hay ninguna razón para que estés aquí excepto para espiarme." Jason sonrió, sorprendido e impenitente. "Pero si eres un espía, esta es la peor maldita tapadera que he visto en mi vida. ¿Quién se supone que eres, Johnny Appleseed?"

"Oh, vete a la mierda," espetó Tim, cansado y molesto, "tal vez eres Johnny Appleseed."

Jason sonrió, aparentemente encantado de que Tim hubiera decidido seguir el juego. "Está bien, entonces eres Benny Alden, por mí está bien." Tim no tenía idea de quién era. ¿Johnny Appleseed tenía un archienemigo? No obstante, arregló su rostro en algo que esperaba interpretar como desaprobación. Su esfuerzo fue en vano con Jason, que había enfundado su arma y ahora estaba rebuscando en sus bolsillos, presumiblemente en busca de bromas. "Vacaciones. Claro. Estás en un viaje a través del país para encontrarte en algún lugar del gran Medio Oriente estadounidense," Jason empujó el saco de arpillera con el pie, visiblemente divertido. "Será mejor que dejes de decir tonterías sobre la Medalla Newbery antes de aprender una lección inolvidable sobre la naturaleza fugaz de la infancia."

"No tengo bayas, tengo manzanas," corrigió Tim, "y no necesito sacar esto de una charla ambulante sobre la mortalidad infantil." La risa de respuesta de Jason fue brillante y complacida, aunque burlona; Tim dejó escapar el aliento que había estado conteniendo. Esto estuvo bien. Si Jason quisiera bromear, podrían hacerlo. Porque... echó un vistazo a su reloj e hizo una mueca. Dos horas enteras. Sí claro.