𝙲𝙷𝙰𝙿𝚃𝙴𝚁¡𝚃𝚑𝚛𝚎𝚎!

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⟩⟩⟩ 𝙽𝚊𝚛𝚛𝚊𝚌𝚒𝚘́𝚗: 𝙾𝚖𝚗𝚒𝚜𝚌𝚒𝚎𝚗𝚝𝚎 ⟨⟨⟨

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⟩⟩⟩ 𝙽𝚊𝚛𝚛𝚊𝚌𝚒𝚘́𝚗: 𝙾𝚖𝚗𝚒𝚜𝚌𝚒𝚎𝚗𝚝𝚎 ⟨⟨⟨

El piso retumbaba por las múltiples de centenas de miles de pisadas que se reunían frente al Balcón Real, el cual no mostraba ningunas otras figuras más que el de Idalia y Jaider, luciendo sus facetas de Respetable Gran Princesa e Invencible Emper...

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El piso retumbaba por las múltiples de centenas de miles de pisadas que se reunían frente al Balcón Real, el cual no mostraba ningunas otras figuras más que el de Idalia y Jaider, luciendo sus facetas de Respetable Gran Princesa e Invencible Emperador, dando su discurso sobre la guerra contra las Islas Orian.

—— ¡Estimados ciudadanos de Arbezela, escúchenos! ¿Recuerdan... lo que ocurrió ese fatídico día hace ocho años?.. —— Solo se oía la voz del Soberano, siendo el único sonido en ese mar de silencio que tenía como público. —— ¡¿Cuando el ejército de las Islas Orian inició aquel ataque brutal, nos arrebató nuestras tierras y mató a nuestros ciudadanos?! —— Cómo respuesta del público, recibió un feroz abucheo ante la mención de las acciones del ejército de aquellas Islas.

—— ¡¡Sin embargo, nuestro Gran Creador, Astotelia, les concedió su gloria y les ordenó que retomaran las tierras que nos habían robado!! ¡¡Es por eso que hoy les anunciamos que el Ejercito Real siguió sus órdenes y recuperaron con éxito las tierras que le pertenecen a Arbezela de manera legítima!! —— Idalia se hizo oír luego de que el abucheo de los ciudadanos bajara un poco del volúmen.

Sus palabras lograron tocar varios corazones dolidos de los ciudadanos, después de todo, se debieron de haber enterado en algún momento de que su Gran Princesa, luego de la partida del Ejército Real y el Emperador hacia las tierras robadas, iba cinco veces a la semana al Templo Sagrado, rezando por el regreso sano y salvo de los caballeros, actualmente triunfadores.

Desde que atardecía hasta que amanecía, ella iba al Templo, quedandose de rodillas ante la estatua de Astotelia, recitando oraciones y plegarias suplicantes ante el Dios Creador, sin siquiera alimentarse o removerse de su lugar.

Era observada de vez en cuando por algunos sacerdotes, o por incluso las Tres Estrellas, pero solo estaba a ojos cerrados y manos entrelazadas sosteniendo dos dijes de cruces, uno tan extravagante, hecho de oro y diamantes, y con una cadena de oro. Mientras que el otro dije de cruz era de madera y cuerda de color negro, muy simple, pero bonito de igual manera.

𝐀𝐃𝐄𝐋𝐅𝐀 ᯾𝐋. 𝐉. 𝐃. 𝐋. 𝐏᯾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora