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⟩⟩⟩ 𝙽𝚊𝚛𝚛𝚊𝚌𝚒𝚘́𝚗: 𝙾𝚖𝚗𝚒𝚜𝚌𝚒𝚎𝚗𝚝𝚎 ⟨⟨⟨
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Apenas y habían pasado solo cinco horas, y no había abierto la carta restante, y ese accionar la carcomía en su mente.
Siendo alguien que le encanta hacer todo en el momento para asi no tener ningún pendiente... La ponía de los nervios.
—— Mi Señora, si quiere–...—— La preocupación le dilataba en el corazón, y la rubia solo quiere ver en bien estar a su Reina.
—— No quiero nada, y no leerás nada. —— Tragó en seco mientras miraba el líquido color miel, revolviéndolo en un pequeño remolino con la pequeña cuchara.
Circe dió un suspiro algo agobiada de la terquedad en la peli rosa, así que, aunque le cueste la posibilidad de vida, le levantará los ánimos a la fuerza... Tal vez.
—— ¡Su Grandeza! ¡Enfrente lo inevitable! Tal vez sea un asunto de importancia, o tal vez no. Pero... No se puede ignorar una carta directa de la Emperatriz. —— Apoyó sus manos hechos un puño en los lados de sus caderas, tomando seriedad y madurez, y un intento de autoridad hacia su vieja amiga.
—— Hmp... Ella no es la Emperatriz, no es mi Madre. —— Inició un berrinche mientras inflaba un poco sus mejillas, mirando hacia otro lado que no sea Circe, y cruzándose de brazos, murmurando maldiciones a Roserice.
La joven d’Marleian inhaló y exhaló intentando calmarse.
—— ¡Protesto! No como Asistente y Dama de Compañia Personal, sino, como una amiga de la infancia: Debe dejar de comportarse de esa manera, debe cumplir con sus responsabilidades, en las que se incluye el leer absolutamente toda la correspondencia importante. —— La sermoneó con tranquilidad, pero también con algo de vergüenza, rezando para que Idalia no le diga algo malo a su “protesta”.