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P E R D I E N D O   E L   E Q U I L I B R I O,
T R O P E Z A N D O



Cuando estuvo seguro de que la camioneta estábu estacionada en un lugar seguro, Blitz tomó las llaves y algunas otras pocas pertenencias que necesitaba con él y se comenzó a caminar hacia interior de la propiedad de Stolas.

Siendo que, casualmente, cuando estaba parqueándose un auto pasó por su lado y a través del vidrio de la ventana él pudo reconocer a la esposa de Stolas, supo que podía caminar más o menos relajado por el pequeño sendero de rocas que se hallaba en el patio.

Su mirada se encontró tan rápidamente hipnotizada por los visiblemente nuevos y atractivos detalles que una parte del jardín de gran extensión y sus elementos ambientales poseían, que no logró registrar como estaba a punto de chocar contra una de las muchas plantas del príncipe.

—¡Agh, mierda! ¿De qué diablos está hecha esa puta maceta? —soltó una maldición impulsada por el dolor del impacto y sus manos se dirigieron a su pierna por unos momentos para sobar el área que ahora palpitaba dolorosamente y se sentía un tanto caliente.

De todos modos, tomó unos tres segundos para resoplar con indiferencia y dejar de darle importancia al dolor latente para luego concentrarse en seguir su camino, decidiendo que ignoraría el pequeño dolor hasta que se volviera imperceptible.

Antes de moverse de donde estaba, Blitz se dejó guiar por su curiosidad y bajó su mirada a la maceta con la que acababa de chocar, encontrando que, tal y como él lo había pensado, había una pequeña nota en color amarillo pegada.

"Helecho en recuperación. Ubicación temporal. Devolver a su locación regular en tres días".

Blitz no tuvo dificultad alguna en reconocer cómo la manera en la que la letra en el papel estaba dibujada con tanta elegancia y delicadeza delataba quién era el príncipe responsable de ella.

Cuando Blitz leyó la fecha en la que había sido escrito, algo no cuadró.

Habían sido ya cuatro días.

Stolas, quien de alguna manera una vez logró convencerlo de acompañarlo a hacer actividades de jardinería toda una tarde antes de pasar a sus actividades comunes de luna llena, ¿ese Stolas había olvidado algo tan importante como lo era devolver la planta al lugar que le correspondía?

Blitz frunció el ceño fugazmente sin saber cómo sentirse al respecto, pero fue rápido también en sacudir su cabeza ligeramente y decidir no darle tanta importancia al asunto.

Sería demasiado exagerado darle muchas vueltas a un asunto tan banal; Stolas no era perfecto, se le podían olvidar algunas cosas de vez en cuando, ¿cierto?

Una vez que retomó su camino, le agregó algo de prisa a sus pasos cuando recordó porqué mientras venía conduciendo desde su trabajo a su casa había estado tan apurado que casi chocó contra otro auto.

No es como que tal hecho que fuera novedad, en realidad; pero sí sabía que si se había apurado tanto era porque cuando salió de su hogar iba más que solo contrarreloj.

Y no es como que Stolas y él tuvieran una hora específica establecida tampoco, pero que Blitz llegara temprano siempre les dejaba aún más tiempo para... Divertirse, cosa que los dos disfrutaban.

Cuando estuvo frente a la alta y extensa pared por la que siempre escalaba para llegar al balcón del príncipe, Blitz se apresuró en empezar a trepar.

A pesar de ser algo que llevaba ya tiempo haciendo, Blitz de todas maneras maldijo entre gruñidos y jadeos por lo complicado que era tratar de llegar al balcón del príncipe por afuera, y aún más con el libro estorbando en su mano. Y sí, puede que la esposa de Stolas no se encontrara en casa, pero aún así Blitz no se sentía lo suficientemente seguro para entrar y caminar como perro por su casa con toda confianza en el palacio de Stolas.

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⏰ Última actualización: Jun 06 ⏰

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Destello de Algo Más - [Three-Shot Stolitz]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora