Está historia es para aquellos persona que creen que amarlos es complicado, porque desde pequeños hemos crecido con la frase con esa actitud nunca vas a conseguir a nadie... Pero llega alguien que te hace una revolución en tu vida.
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"Mia's Valencia Perspective"
El sol entraba por los huecos de la ventana, intenté cubrirme con las sábanas, pero era imposible. Me empecé a remover de la cama intentando taparme, hasta que noté la razón: alguien estaba a mi lado, Enzo. —¡Demonios! —se me había olvidado que dormí con él.
Cuando pude abrir bien los ojos, me pare de mi cama y solo fui al único lugar, donde me siento segura, Anny.
—Preciosa — la moví un poco.
—¿Quieres? — contestó agresivamente.
—Hablar
—No puede ser más al rato, cuando no sienta que me voy a morir
—Noup — dije acostándome a su lado, ella solo puso la almohada en su cara y procedí a taparme con los cobertores.
—Fue lo más incómodo del mundo —intenté reflexionar lo que había pasado con Enzo—. A veces siento que nunca tuve que aceptar, nadie nos va a creer. Dormí con él, ¿qué sigue?, ¿besarlo?
La rubia se sentó rápido —Espera, ¿qué?
—¿Qué, de qué? — dije sin darle importancia
—¿Dormiste con él?
—Sí, y fue muy incómodo porque tú sabes que yo necesito mi espacio —ella me dio una sonrisa cómplice—. No me mires así.
—¿Te gusta Enzo?
—No, no, no
—Ay ajá — rodó los ojos
—Es guapo, tiene una linda sonrisa, bonitos ojos...
—Te gusta ese Man —chilló emocionada.
—Cállate, que está en el cuarto de a lado y sus amigos en la sala.
—Yo sabía que podía haber algo bonito
—Que no me gusta
—Di lo que quieras
—No me gusta
—Está bien, pero... Él es buena persona, chica, porque aunque no lo creas, estuvo pendiente de Sunny y yo, en especial de ti.
—Es lo que hubiésemos hecho a cualquier amigo.
—Tú eres bruta
—Tú eres la bruta, que dice puras estupideces como esa.
—Yo soy sabia, pero no me creas. Al final, la que te dirá, te lo dije, seré yo, como todas las veces.
En eso tenía razón Anny, ella era como cupido, sabía cuando había una conexión especial entre dos personas. Aunque esta vez no podía darle la razón, porque no me siento tan especial, como para pensar que a él le gustó.
