| Crueldad 12 |

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Isabelle

¿Juguete o arma?

- Teníamos que hablar ¿recuerdas? - empiezo.

Se levanta de su trono y sirve wisky en un vaso.

- Si, pero empieza tu - suspira. Entonces lo que me va a decir él va a ser peor...

- ¿Cuándo van a dejar a las hijas de Moretti? - suelto.

Sé la respuesta pero no lo soporto. Debo buscar la manera de...

- Cuando Moretti venga y de la cara. Claro, si es que ama a sus hijas.

Rio irónica.

- Sabes que no lo hará.

Se encoje de hombros.

- Entonces va a ser un padre sin hijas durante un largo tiempo.

Tomo una bocanada de aire y me mira con el ceño fruncido.

- ¿Por qué te importan tanto esas chicas? - quiere saber.

Recuerdo a la joven del laboratorio.

- Ellas no tienen la culpa de lo que hizo su padre. ¿Piensas que no sé lo que ustedes les hacen? - increpo - . Supongo que ya estas enterado de lo que tuve que hacerle a Matheo - murmuro.

Asiente y entrelaza las manos.

- Estuvo bien lo que hiciste, tienes que poner límites y no importa si eres su hermana menor.

- Lo sé, sé que hacer eso estuvo bien. El iba a... - niego con la cabeza, solo de pensarlo me da asco.

- Tu hermano no iba a hacer nada. El sabía que estabas ahí. Quería ponerte a prueba, ver de lo que eres capaz.

Quedo estupefacta.
¿Cómo...? ¿Estar poniéndome a prueba a mi...?

- Por favor, ¿me vas a decir que si yo no hubiera estado ahí el no haría eso?

Lo miro esperando respuesta de su parte.

- Sabes que no somos así, hija. - dice seriamente.

"No, claro que no son así, son peores."

Las palabras treparon por mi garganta pero pude frenarlas a tiempo.

- Como digas... solo... sáquenlas de ese lugar, no pretendas dejarlas ahí como si fueran animales enjaulados. - intento convencerlo.

Hace una sonrisa poco convincente y bebe tranquilamente su wisky.

- Tranquila, ya pensé en algo para tus nuevas amigas - se ríe, en cambio yo mantengo mi semblante serio.

El que haya pensado en algo no me tranquiliza en lo mas mínimo.

- ¿Y que es?

- Lo sabrás cuando hablemos con ellas.

Oh, genial. Ahora no me dice nada.

- Discúlpame, pero como consigliere tengo derecho a saber que es lo que planeas.

Me mira levantando una ceja y ríe irónico.

- Discúlpame pero como líder y como tu padre, puedo hacer lo que se me plazca.

Guardo silencio por más que quiera escupir todo lo que quiero decirle.

Asiento de mala gana.

- Cambiando de tema...Alder te mandó un ramo de rosas ayer por la noche. - no muestra expresión alguna. Desvío la mirada.

Cruel Ambición | 1 | (BORRADOR) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora