𝐄𝐥 𝐧𝐚𝐜𝐢𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨

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SU CUERPO SE HABÍA SUMERGIDO RÁPIDAMENTE, siendo consumido por las feroces olas del océano

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SU CUERPO SE HABÍA SUMERGIDO RÁPIDAMENTE, siendo consumido por las feroces olas del océano. Ella había cerrado sus ojos antes de saltar al acantilado, con las esperanzas de que él estuviera ahí, para evitar la estupidez que estaba apunto de cometer, incluso se atrevería a decir que prefería morir ahí mismo, antes de vivir en un mundo en donde no estuviera aquel cobrizo de ojos dorados, pero claro, Isabella Swan nunca lo confesaría.

La castaña había dado un gran saltó al océano, no sin antes dedicar algunas palabras de amor para su amado. Sus pulmones se llenaron de aire, sus ojos se cerraron con fuerza, y su cuerpo comenzó a caer sin control alguno hasta las aguas marinas. El impacto que sufrió Bella al caer en las aguas fue brusco, pero fue mucho más violento la sensación de heladez que le brindaba el océano, sintiendo como sus extremidades se enfriaban a la brevedad. Su cabeza salió a la superficie rápidamente, tomando una gran bocanada de oxígeno, y creando un sentimiento en su pecho de orgullo, al ver que su estupidez no resultó en más que una descarga de adrenalina. Sin embargo, el océano es bastante celoso con aquellos que se atreven adentrarse a sus aguas sin permiso alguno. 

Las olas embravecidas sumergieron a lo más profundo a la pálida, quien se revolcaba en medio de la espuma marina, tratando de nadar en medio de las vueltas que daba en el océano. Las olas al haberse relajado un poco, dejaron que Isabella se orientará enfocando su vista al frente.

Ahí a unos cuantos metros de ella visualizó una cabellera color fuego, con una mirada asesina posada en ella, tal como un cazador.

Victoria.—Pensó Bella.

El terror se había apoderado de su cuerpo. Sus orbes cafeces se abrieron de par en par y su inútil habilidad para el nado había fallado completamente traicionando a la pobre chica.

Su vista comenzo a ser invadida por pequeños destellos de color negro, hasta llegar completamente a esa negra penumbra. El golpe que recibió en su cabeza fue bastante fuerte, debido a que Swan había perdido la conciencia por completo, dejando caer su cuerpo a lo más profundo del océano, perdiendo su silueta entre la negrura.

Sin embargo, mientras la vida de alguien se esfumaba poco a poco en el mar, el de otro ser surgía de entre las aguas.

Aquella gota dorada que cayó desde el cielo, había sido un regalo para la naturaleza, quien lo aceptó con gracia y cariño.

El océano había movido felizmente sus olas en modo de celebración, dejando como ofrendas pequeñas perlas nacaradas en la orilla del mar, mientras que la espuma salina se mezclaba con las lágrimas de los dioses, comenzando a formar un cuerpo, un cuerpo tan pálido que podría hacerse pasar por el mismo color de las perlas blancas.

Aquella fina silueta yacía flotando con delicadeza en medio del océano, haciendo un lento recorrido hasta llegar a las olas, quién la llevarían a la orilla del mar, para que el sol logrará acariciar sus finas hebras doradas, y besar aquellas mejillas que poco a poco se sonrojaba con su luz.

Apollo's daughter━━Demetri VolturiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora