𝐋𝐨𝐬 𝐕𝐮𝐥𝐭𝐮𝐫𝐢𝐬

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BLANCO COMO LA NIEVE, su piel resaltaba aún cuando los poderosos rayos de sol no habían tocado algún centímetro del abdomen desnudo de Edward

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BLANCO COMO LA NIEVE, su piel resaltaba aún cuando los poderosos rayos de sol no habían tocado algún centímetro del abdomen desnudo de Edward. El vampiro se encontraba mentalizando acerca de la estupidez que pretendía cometer, solo para estar con su amada. La existencia sin ella en un mundo tan vacío y cruel era el peor castigo que pudo obtener, descartando la idea de ser un inmortal.

La decisión estaba tomada, no hay vuelta atrás. Uno de sus mocasines café bajó el escalón de piedra, asomando parte de su torso desnudo. La luz del sol comenzaba a resplandecer con poder pues las doce del mediodía había sido anunciado por el gran reloj de la torre. Los pequeños diamantes incrustados en la piel del vampiro comenzaron con su función, titilando en un hermoso color plateado. Edward sentía la respiración de la muerte en su cuello causándole una extraña sensación en el. 

Cuando el vampiro sintió que la hora había llegado, un impacto contra su pecho lo arremetió de vuelta en la oscuridad de la torre, impidiendo su final. Aquel olor que él tanto amaba se hizo presente, creando en él los pensamientos de una posible alucinación.

—Estás viva.—Susurró el cobrizo con una sonrisa. La salvación en sus brazos, la sensación de alivio se adentro en Bella y Edward quienes por fin se encontraban el uno al otro.

Sin embargo, aquel placer no perduró por mucho tiempo, pues el eco de un par de pasos se hicieron presentes en el frío pasillo del lugar. Ahí dos hombres aparecieron, vestidos completamente de negro, con gruesas gabardinas y el escudo oficial del clan más poderoso de vampiros. 

Los dos pares de ojos carmín contemplaban a la pareja con cierto sentimiento de desprecio y repulsión. Aunque los Vulturi alguna vez fueron humanos la sensación de aquellos sentimientos se fueron desvaneciendo con el paso de los años, dejándolos únicamente como unos cascarones vivientes. Desconocían el amor, la felicidad, y la apreciación, pero conocían bastante bien el enfado, la soledad, el orgullo y la avaricia.

—No necesitaré sus servicios después de todo.— Declaró el integrante de los Cullen.

—Aro quiere volver a hablar contigo.—Aviso el vampiro más fornido y alto del lugar, Félix.

—Ninguna regla se rompió.—Refutó Edward.

—Aún así, deberíamos de seguir esta charla en un lugar más apropiado.— La voz gélida del otro Vulturi golpeó con fuerza las paredes, causando un estremecimiento en Bella que alzó aún más el ego del rubio, Demetri.

—Bien. Bella, ¿por qué no vas a disfrutar del festival?.—Sugirió.

—La chica viene con nosotros.—Informó Félix.

—No, vete al infierno.

Las posiciones para un ataque comenzaban a hacerse evidentes, hasta que el fuerte golpe de aquella rústica puerta de madera se hizo presente. La figura de Alice apareció con una gran sonrisa de sorna, mientras que a sus espaldas yacía el leve resplandor de Cyra quien mantenía sus ojos tan abiertos de par en par, gracias a la fuerza bruta de la pixie.

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⏰ Última actualización: Jun 28 ⏰

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Apollo's daughter━━Demetri VolturiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora