" Paciencia "
Es sábado, son las 8:00 a.m y estoy a punto de llamar a la puerta de mi vecino-profesor Lucas, que desconsiderado es, me hizo levantar temprano un sábado para estudiar Matemática. Lo odio.
*Pero es por tu bien académico.*-me recuerda mi conciencia.
Es cierto, todo sea por mis notas y salvar la beca.
"Toc-Toc"
Toco la puerta y en unos segundos el profesor Lucas abre la puerta solo con un pantalón puesto , todo su pecho y abdomen está desnudo.Vaya espectáculo a estas horas.
Debo admitir que este tipo está más bueno que el pan. Sus brazos están bien definidos y su abdomen es una roca, definitivamente sería mi tipo si no fuera tan estúpido y molesto.
*Si lo de arriba está bueno imagina lo de abajo*- me dice mi lado sucio de la cabeza.
Sacudo la cabeza sacando eso de mi mente.
**Es mi profesor, estúpida cabeza.**
- ¿Va a pasar o se quedará todo el día con la boca abierta mirándome?- me dice con un tono molesto sacándome de mis pensamientos.
- Yo no estaba mirándolo con la boca abierta, hay muchos hombres mejores que usted profesor Lucas.- le digo con indiferencia y entro a su apartamento.
La verdad no he visto ningún hombre que esté mejor que él a no ser en las revistas,pero no le agrandaré el ego.
Luego de que se pusiera una camiseta (gracias a Dios por eso, porque si no me hubiera entretenido en sus abdominales) comenzamos el bendito repaso.
- Entonces señorita Sánchez, repítame lo que le he explicado.- me pide y yo que estaba muy entretenida con una mosca posada en la mesa no sé que responderle.
- ¿Ehh, qué?- le pregunto despistada. La verdad no le he prestado mucha atención a lo que me ha dicho en solo media hora, las matemáticas nunca han sido lo mío, y no creo que él logre que coja una buena nota en el examen.
- Si no me atiende no va a aprender nada y todo mi esfuerzo será en vano.- me reclama.
¿Pero quién se cree? Yo no le pedí que me ayudara, él solito se ofreció no sé por que razón, que ahora no me venga a reclamar.
- Yo no le pedí que me ayudara, me hubiera dejado suspender y ya, que es lo que voy a hacer.- me levanto del sofá en el que estábamos sentados y me decido a irme pero él me detiene agarrándome por el brazo.
- Yo no le he dicho que se vaya señorita Sánchez, siéntese.- me regaña,sus ojos se vuelven oscuros y me asusto.
- Déjeme ir, no voy a aprender nada, no pierda su tiempo.- le digo en un hilo de voz.
- No estoy perdiendo mi tiempo señorita Sánchez, nunca se pierde el tiempo si se ayuda con buenas intenciones.- me dice suavizando su voz, con el brazo que me agarró me dirige nuevamente al sofá y me sienta allí.- Usaré un método de enseñanza que una vez me enseñaron para las personas como usted.- me dice agarrando los papeles y las cosas que tenía encima del sofá y poniéndolas en la mesa.
¿Las personas cómo yo qué,brutas? Ya sé que soy bruta pero no me lo tiene que decir así.
- Oiga no me insulte, sé que soy un poco difícil de enseñar pero no me tiene que decir bruta tan sutilmente .- me quejo.
- Para las personas que se entretienen con facilidad, no le he dicho bruta en ningún momento señorita Sánchez.- me dice con tranquilidad aunque puedo notar que le estoy colmando la paciencia.
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Sentimientos y emociones
Roman d'amourCamila, una estudiante de psicología apasionada de 19 años, se encuentra en una encrucijada cuando su recién asignado profesor de psicología, Lucas, entra en su vida. Su primer encuentro es explosivo, dejándolos en términos desfavorables y generando...