Prólogo

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Lo primero que percibí fue la fuerte punzada en mi cabeza y cómo me zumbaban los oídos. El dolor era insoportable. Intenté abrir los ojos, pero todo era borroso. Quise hablar y moverme, pero me era imposible. No tenía control de mi cuerpo. No sabía dónde estaba y no era consciente de nada de lo que ocurría a mi alrededor.

¿Qué había pasado?

Intenté abrir nuevamente los ojos, y pude ver la sombra de un hombre acercándose cautelosamente. Apenas podía distinguirlo; mi vista aún estaba nublada y sentía mi cabeza pesada. Sentí miedo cuando vi que estaba más cerca, y quise moverme, pero estaba atrapada. Una fuerte luz me cegó, acompañada aún del insoportable zumbido en mis oídos, y luego todo fue negro.

Desperté en un lugar desconocido. Había una sensación de frío y soledad. No sabía quién era ni cómo había llegado allí. Solo tenía la certeza de que algo terrible había ocurrido.

Mi mente era un torbellino de confusión y miedo. Intenté recordar algo, cualquier cosa, pero no había nada. No sabía mi nombre, no recordaba a nadie, ni siquiera mi propia cara. ¿Cómo había llegado a este punto? 

Intenté levantarme, pero un dolor punzante en mi cabeza me lo impidió. Me quedé allí, acostada, tratando de comprender lo que había sucedido. ¿Había tenido un accidente? ¿Qué tipo de accidente podría causar tanto daño?

La puerta se abrió de repente, y un hombre entró. Era alto y delgado, con una mirada penetrante. Me miró con una mezcla de sorpresa y alivio. 

- ¿Estás bien? -preguntó-. Su voz era suave y calmada, pero no reconocí su acento.

-No lo sé- respondí-

El hombre se acercó y me tomó la mano. -No te preocupes, te ayudaré a recordar.

Su tacto era reconfortante, pero también me llenaba de una extraña sensación de incomodidad. ¿Por qué no recordaba nada? ¿Quién era este hombre y por qué estaba tan interesado en ayudarme?

¿Quién eres tú? -pregunté, buscando respuestas-

-Soy Ray -responde-

Su respuesta me dejó aún más confundida. ¿Cómo podía ayudarme a recordar si ni siquiera sabía quién era yo?

- ¿Cómo puedo ayudarte a recordar? -preguntó Ray, como si leyera mis pensamientos- Bueno, la primera cosa que necesitas hacer es relajarte. No te preocupes por el pasado o el futuro. Solo concéntrate en el presente.

Intenté seguir su consejo, pero era difícil. Mi mente estaba llena de preguntas sin respuesta. ¿Quién era yo? ¿Por qué no recordaba nada? ¿Qué había pasado para que mi mente se convirtiera en un lienzo en blanco?

Remember meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora