Capítulo 7

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New hace sus compras Navideñas lo más rápido posible, porque ama la Navidad, pero odia ir de compras, y las tiendas están demasiado llenas de gente y tienen demasiadas cosas en existencia, eso lo vuelve incómodo en lugar de agradable. En el momento en que ha terminado, se da cuenta que ha escuchado cada canción de Navidad, al menos tres veces y, muy a su pesar, todavía está tarareando la melodía Santa Claus viene a la ciudad cuando llega a casa. Esconde los regalos en el fondo de su armario antes de ducharse y cambiarse, luego se dirige a un bar para cenar con Off y Janhae.

El domingo cuando se despierta, encuentra una nota de Sarin diciendo que él y Tay han ido juntos a visitar un viejo amigo de ellos, por lo que pasa el día solo sin hacer casi nada, hasta que Sarin regresa -sin Tay- más tarde por la tarde, y cenan juntos.

No ve a Tay de nuevo hasta la noche, medianoche, durante lo que New está llegando a ver como su cita regular mientras miran las repeticiones de Ven a Cenar Conmigo.

Tay se sienta junto a él en el sofá, como de costumbre, y pone sus pies sobre la mesa, como de costumbre, y juntos miran fijamente el televisor, sin decir nada. New con la espalda apoyada contra el brazo del sofá y con las piernas recogidas después de haber levantado sus pies para hacer espacio a Tay.

—¿A dónde vas hasta tarde todas las noches?—Le pregunta después de un minuto de silencio.

Tay lo mira—. Sólo intento darles privacidad.

—Pero ni siquiera estás aquí la mitad del tiempo,—dice New—. Entonces ¿qué haces?

—Pequeño curioso, ¿verdad?—Tay dice sonriendo, y New ríe también.

—¿A quién llamas pequeño?

—A ti.

—Vete a la mierda,—dice New, levantando un pie para pinchar a Tay en el muslo. Eso cambia cuando Tay atrapa los pies de New al sofá, y New sigue tratando de darle una patada y en su defecto los dos están conteniendo la risa. Los ojos de Tay están brillando, tan relajado como no lo estuvo durante todo el fin de semana.

Después, cuando han parado de sonreír, Tay explica, como si no hubiera habido ninguna interrupción en la conversación.

—Solía vivir cerca de aquí. Antes de mudarme a los Estados Unidos.

—¿Y?

—Y, he estado poniéndome al día con viejos amigos, jugando un poco de póquer con ellos, ese tipo de cosas.

Supone que eso tiene sentido, y trata de fingir que no siente alivio, lo cual es una sensación que no quiere examinar muy de cerca, que no puede examinar. Una parte de él esperaba escuchar a Tay decir que está viéndose con algún hombre.

—No hace falta que desaparezcas toda la noche,—le dice—. No me importa que estés aquí.

Tay levanta una ceja, sonriendo irónicamente—. ¿No?

New siente ganas de retorcerse—. Bueno, estoy seguro de que a Sarin le gustaría verte más, ¿no es así?—dice torpemente—. Antes de desaparecer de nuevo rumbo América—Tay asiente, y New continúa—: ¿Quién te ha estado alimentando? No me digas que has estado desperdiciando dinero en restaurantes todas las noches.

—Una de mis mejores amigas vive en la ciudad,—aclara Tay después de un momento de vacilación—. La mayoría de las noches he cenado con ella.

Es un momento de honestidad, y New se aferra a ello, a esta oportunidad para ahondar en el lado personal de Tay, en esos trozos de sí mismo que mantiene para solo para él mismo.

—¿Cuál es su nombre?—pregunta, porque le interesa, y quiere saber más, no sólo acerca de esta chica, quiere saber todo, tanto como Tay esté dispuesto a compartir con él.

PADRINO | taynewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora