Capítulo 14

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Observa desde el lugar donde se encuentra de pie junto a la mesa, como Tay deja caer sus llaves y la cartera sobre la barra de desayuno, se sostiene de una silla, apretando tan fuerte que sus dedos duelen y sus nudillos se han puesto blancos.

Finalmente, Tay da unos pasos hacia él y lo mira. Sus ojos se oscurecen—. ¿Sarin ya se fue?

—Si—su voz es entrecortada—. Se suponía que haríamos esto, esta noche—añade señalando a los dos centenares de bolsas de organza sobre la mesa, a la espera de ser llenadas con gemas grabadas.

Tay mira las bolsas con disgusto—. No te voy a ayudar con eso.

—Pero Sarin dijo...

—Yo sé lo que dijo Sarin—Tay responde casi de manera violenta. Tiene sus manos apretadas en puños—. Pero no voy a ayudarte con los malditos recuerdos de tu boda. No quiero tener nada que ver con eso.

New se empuja lejos de la silla en la que estaba apoyado, acercándose a Tay, respira de forma irregular y temblorosa.

—¿Cuál es tu problema? Solo hay que meter las gemas dentro de las malditas bolsas.

—Es lo que representan.

—¿Qué es?

—Esta farsa de boda.—Tay escupe las palabras.

—No es una farsa—se siente enfermo al escuchar a Tay haciéndole sentir mal por creer en el amor, en el matrimonio y el compromiso—. Casarse con Sarin no es una farsa.

La farsa es casarse con Sarin mientras está de pie aquí con todo su cuerpo ardiendo por Tay, y Tay mirándolo como si lo odiara pero a la vez está hambriento de él y quisiera hacerlo pedazos y abrazarlo con fuerza a la vez y... New ya no puede más con todo esto.

—¿No lo es? No hace mucho tiempo tuviste tu lengua en mi garganta.

—No debí hacerlo... Voy a casarme...

Tay deja escapar un gruñido repentinamente, y se frota la cara con ambas manos antes de inmovilizar a New con su mirada llena de violencia—. Juro que si te escucho decirlo una vez más...

—Bueno, es la verdad. En dos días me comprometeré con Sarin para el resto de mi vida.—Está diciendo todo lo que cruza por su cabeza, no le importa si tiene sentido o no, quiere presionar a Tay, y continuar presionando, hasta saber cuánto es real—. Nada de esto importa.

—¿Eso es lo que piensas?

—Es lo que tengo que pensar.

—Eres un idiota,—por segunda vez esta semana New es lanzado contra una pared, esta vez al lado de la cocina, Tay respira agitado, la furia y la frustración se muestran en su rostro—. ¿Sientes eso?—Pregunta, presionando una mano sobre el pecho de New—. ¿Sientes lo fuerte que late? ¿Cuándo has sentido lo mismo con Sarin?

New traga saliva y respira, porque incluso antes de Tay, nunca le sucedió, siempre supo que algo hacía falta entre él y Sarin, algo que él y Tay tienen en abundancia—. Lo amo—insiste, pero se le está haciendo más y más difícil aferrarse a esta barrera entre ellos.

—No estoy hablando de amor—dice Tay, presionándose más cerca y arrastrando su mano por el pecho de New hasta sostenerlo por el cuello—. Estoy hablando de deseo. Los latidos de tu corazón se aceleran por mí, todo tu cuerpo arde por mí. En este momento no puedes pensar en otra cosa que no sea como te sientes al estar tan cerca de mí.

No tiene sentido negarlo. Tay está demasiado cerca, él verá la mentira en sus ojos.

—La lujuria no te lleva a ninguna parte en la vida.

PADRINO | taynewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora