CAPÍTULO 14.

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Me desperté cinco de la mañana, mis padres no estaban así que termine de empacar algunas cosas, después de mucho tiempo estaría con Mía. Acomode las cosas en el auto, cobijas, agua embotellada, snacks que le gustaban, algún libro que le podría gustar, y un cargador.

Para cuando salí, eran las seis de la mañana, estaba tarde, Mía me mataría, me aliste lo más rápido que pude, pase por una tienda que venden unos ricos panecillos, quería que los pruebe, me recordaba mucho cuando mi mama me los hacía.

Llegue a su casa a las seis y treinta y ocho, le envié un mensaje, me dijo que saldría pronto. Espere un poco, cuando la vi salir, salí de prisa del auto, le ayude con su maleta, ella traía una cobija, y un termo, -te prepare café- me dijo, me enterneció el corazón, le abrí la puerta del coche, acto seguido ella reclino el asiento y se cubrió con una cobija, se disculpó por el cansancio y se quedó dormida.

Traía el cabello suelto, una blusa, unos jeans, y se veía hermosa, el resto del trayecto del viaje se quedó dormida, el camino estaba vacío, por estas fechas el pueblo de donde son mis padres es tranquilo. Para cuando llegamos, recordaba que la puerta del garaje se abría con sensor y llave, entramos. Hace mucho que mi familia y yo no veníamos aquí, los recuerdos llegaron a mí, como un flashback de momentos, sensaciones y sueños que hoy están rotos. Por un momento me vi jugar, con mi hermana pequeña, vi a mi madre en cinta, tonábamos limonada de los limones que sacábamos del árbol, trepaba en lo alto, Eli recogía todo lo que lanzaba y mi madre lo preparaba, mi padre también ponía la carne en la churrasquera y todos se veían felices.

Mía se despertó, y con ella desperté de los recuerdos. No pude evitar sonreír cuando ella bostezo, -lo siento, estaba tan cansada- me dijo, le regale una sonrisa.

- Me disculpo si la casa está hecha tiras- dije mientras intentaba no soltar las maletas en la entrada -no vinimos en años y todo debe estar fatal- dije al mismo tiempo que me rindo con las maletas, - es una casa preciosa- dijo Mía admirando todo, - te molesta si salgo un momento, no compre cosas para la comida de hoy- dije, ella me miro y asintió -ponte cómoda, volveré pronto- dije buscando las llaves en mis jeans -gustas comer algo en especial – pregunte, levanto los hombros y prosiguió mirando la casa – siéntete cómoda, si gustas explora, la piscina esta al otro lado – le dije y me acerque para regalarle un beso en la frente, pero más que regalo, era un deseo que tenía desde hace mucho.

Me quede viendo algunas cosas del pueblo, no estaba lejos el supermercado, me estacione y entre directo a buscar, no quería dejar mucho tiempo sola a Mía, y aun que estaba en mi casa, bajo mi techo, por alguna razón temía que algo pase, camine por los pasillos rato, compre algo de legumbres, pasta, y un poco de queso.

- Rafa –, la voz se me era familiar, volteo para ver y me doy cuenta de que era el, un amigo de la infancia, que termino en la adolescencia por cogerse a mi ex novia, mi primera novia, sonreí, le di la mano, el intento abrazarme, pero no se lo permití -que tal- salude, no era una pregunta, no quería saber de él y aun así me conto que le fue bien, tuvo el descaro de contarme que él y mi antigua novia se iban a casar, pero ella le fue infiel, si existe el karma, espero lo haya pagado, porque realmente estaré orgulloso de eso, asentí -oye, que bueno, debo irme- dije tratando de avanzar, el continuo mi paso poniéndose enfrente en mío -ven a nuestra fiesta, nos vamos a reunir algunos viejos amigos y colegas, quizás te vendría bien- dijo, ¿Por qué me vendría bien? Me pregunte, -está bien, estoy apurado, pásame el dato luego- dije continuando mi camino.

Él era un imbécil, fui a caja y pague, me retire de prisa, no le bastaba hacerse pasar por mi amigo, ¿qué me bajo a la novia?, tenía que volver a los brazos de Mía, quizás así el mal sabor de boca se me iba.

Al llegar a casa, note que Mía no me escucho, me pase por la cocina para dejar algunas cosas que compre, entonces me acerque a la ventana que daba al patio trasero, Mía estaba con su traje de baño y un chico cerca de ella, el pulso se me acelero, de pronto sentí la sensación de nauseas, él estaba cerca de ella, ella se veía feliz, el sudor caía frio por mi espalda y me dirigí hacia ellos.

Entre Sueños y RecuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora