19. Celos.

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El beso no era inocente, no era el simple beso que buscaba alivianar mis penas.

Era el tipo de beso que quería arrebatarlas y alejarlas lejos de nosotros al menos por un momento. Un gesto posesivo y protector de "Deja de hablar, estoy aquí."

Su mano fue a mi nuca y mis manos bajaron a su pecho.

Era mágico, simplemente mágico.

Sus pulgares se deslizaron por mis mejillas, secando las lágrimas que se resbalaban por ellas.

—No era así como quería que pasara esto.— dijo él, apenas sonriendo, algo avergonzado.

Solté una risita y negué, subiendo mi mirada hacia él.—No te preocupes.— le dije, también algo apenada.

Sin embargo, él siguió algo incómodo incluso luego de cortar el contacto físico.

¿Le había incomodado? ¿No le gustó?

Había sido el mejor beso que tuve en mi vida, aunque él no parecía pensar lo mismo. Fue por eso que, al notar la tensión en el aire, solo miré hacia abajo y me alejé lentamente.

—Lo siento.— dijo él y comenzó a caminar hacia el otro lado.

No estaba segura de qué había pasado, no entendía. ¿Había sido un error?

Fruncí el ceño.— Te dije que no estaba lista para esto. ¿Por qué lo haces?— le pregunté en voz alta.

Él se detuvo, pero no volteó.

—¡¿Por qué lo haces?!— volví a gritar y comencé a caminar hacia él.

Sus manos fueron a su cabello.—No lo sé, Min-hae.

—¿No lo sabes? ¿Me usas, me besas y me confundes y no sabes por qué?— pregunté, bajando el volumen de mi voz.

Caminé y me posicioné frente a él, su cabello caía suavemente por su frente mientras miraba hacia abajo.

No quise hablar, no quise hablar porque creí que lo mejor sería que el hablase primero, pero era parte de mí personalidad no quedarme callada.

—¿Fue un error?

Mi voz quebró.

Esto era algo que normalmente me habría causado solo rabia, pero estaba demasiado susceptible como para tomármelo con calma.

Él se mantuvo cabizbajo. La inseguridad que se generó dentro mío era increíble, no recibir una respuesta me hacia pensar automáticamente que era un sí.

Era un sí.

Según yo era un sí, parecía ser un sí.

Pero él negó.

Su cabeza negó, y aunque no me tranquilicé demasiado, fue algo reconfortante.

—No fue un error,— contestó— pero yo tampoco puedo hacer esto ahora, Min-hae.— finalizó.

Ya había obtenido una respuesta.

Él no me miró, solo caminó por mi lado y se fue, mientras yo lo miraba desde atrás.

Asentí.

Asentí para mí misma, porque él ni siquiera volteó antes de desaparecer por completo.

Suspiré y me dirigí de nuevo a mi casa, estando a, apenas, una cuadra.

Al estar a la vuelta de mi casa, caminé sola y lentamente hacia allí, incluso sin querer entrar y ver la cara de nadie.

Al llegar, encontré a Na-ri, Na-rae y mi padre en la cocina riendo y divirtiéndose. Na-rae tenia los guantes y la esponja para lavar los platos, de vez en cuando les tiraba espuma, Na-ri secaba los platos y se los daba a mi padre para que los guardase.

PROMISES AND DEBTS - EWFSOODonde viven las historias. Descúbrelo ahora