Kangin escuchó rogar a Leeteuk. No sabía qué creer. ¿Jeonghan se había ido? ¿Leeteuk solo lo quería porque Jeonghan ya no estaba aquí? Su cabeza dolía por tratar de entender todo esto.
Kangin se bajó de la cama y cruzó el cuarto. Apoyó su mano en la puerta. —Salto de fe —murmuró—. Por qué tú lastimas corazón, yo golpeé con libro. —Kangin movió su puño en la puerta.
Tomó una profunda respiración, le quitó la llave a la puerta y se apartó. Rogaba por no estar cometiendo un gran error. Él sabía que confiaba muy fácilmente en la gente.
La puerta lentamente se abrió y Leeteuk entró, cerrando detrás de él. Se apoyó contra la puerta, su mirada baja. Kangin estaba ahí de pie, tenso. No estaba seguro de qué esperar.
Parte de él estaba emocionado con el hecho de que Leeteuk estuviera aquí, y parte de él quería patearlo fuera.
—Lo siento, Kangin. He sido un estúpido. No quería lastimarte. ―Leeteuk se movía de un pie a otro. Su cabeza aun baja.
Kangin no tenía ni idea de qué decir. Entendía las palabras de Leeteuk. Solo que no sabía cómo responder. ¿De qué estaba hablando Leeteuk? ¿Por qué él había sido estúpido?
—No entiendo. —Kangin dio un paso atrás, cuando Leeteuk se alejó de la puerta en la que había estado apoyado. Sus ojos llenos de angustia, hicieron que Kangin quisiera alcanzarlo, pero el lobo siempre huía cuando él lo intentaba. No quería ser rechazado de nuevo. Kangin había terminado de hacer cosas estúpidas por la gente. Su necesidad empezaba a estar en primer lugar, porque esa era la única manera de proteger su corazón.
—Tú eres mi pareja. Yo...yo esperé para reclamarte. Jeonghan sufría, así que esperé. Yo amo a Jeonghan...
—No —Kangin gritó, corrió al cuarto de baño y cerró la puerta de golpe. Sabía que debía de haberlo pateado fuera del cuarto. Estúpido, estúpido, estúpido. ¿Cuándo iba a aprender?
—Kangin, espera. Escucha. —Kangin no escuchaba cuando Leeteuk le gritaba que esperara. Apoyó la cabeza contra la puerta del baño, el dolor era inenarrable. Sus manos sobre sus orejas, incapaz de aceptar el dolor que le causaba la voz de Leeteuk.
Entonces era cierto. Según Kris se suponía que Leeteuk era su novio, pero el lobo le acababa de confesar que amaba a Jeonghan. Su pecho dolía con la pena que sentía en su interior. Sus puños golpeaban la pared, enojado por la manera en que las cosas estaban en su vida.
—Yo amo a Jeonghan como amigo, no como novio. Yo te quiero a ti como novio —Leeteuk gritaba a través de la puerta.
—No. Tú no quieres a mí —Kangin gritó del otro lado. Se deslizó por la pared y abrazó su estómago, tratando de controlar el dolor—. Tú no quieres a mí —repitió suavemente para sí mismo.
—A la mierda con esto —Kangin oyó al lobo gritar cuando Leeteuk rompió la perilla y abrió la puerta. Jaló a Kangin a sus brazos pero Kangin luchaba contra él. Si Leeteuk pensaba que él iba a caer en sus brazos y perdonarlo, tendría que pensar en otras cosas.
Leeteuk se quedó ahí sosteniendo a Kangin mientras él golpeaba con su puño el pecho de Leeteuk. Finalmente exhausto y derrotado las lágrimas empezaron a caer. No importaba lo mucho que luchaba por mantenerlas dentro, fluían como una presa rota.
El lobo lo llevó a la cama y se sentó. Kangin fue sostenido por lo que pareció una eternidad mientras lloraba hasta quedarse seco. Leeteuk acariciaba su espalda tratando de calmarlo.
—¿Te sientes mejor?— Leeteuk preguntó cuándo Kangin empezó a hipar.
—No, corazón roto. —Kangin se secó la cara tratando de nuevo de salir de los brazos de Leeteuk. Se sentía tan bien, y eso era tan malo. Él no quería acostumbrarse a ser sostenido solo para que Leeteuk corriera lejos de nuevo.
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Manada Park #7
FantasyEl joven e ingenuo Kangin es secuestrado en Japón junto con su primo y otros tres hombres jóvenes. Luchando en hacer su hogar en América, descubrió que lo los hombres con quienes los llevaron eran lobos shifters-y uno de ellos era su pareja. Des...