Capítulo 11 - Estrellas

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    Nuevamente, ya había anochecido, la semana para ambos se le estaba resultando larga, aunque no de la peor manera.

-Esto es como estar en una jaula, encerrada, ¿sabes? Sin poder salir y estando en el mismo lugar todo el tiempo.

    Zak, escuchaba atento, de mientras estaban caminando hacia su alojamiento.

-Detesto ver animales encerrados. No me gustaría ser uno.

    El rubio pensó en su antiguo canario, el cual no acabó bien que digamos.

-¿También te molesta a ti? -Preguntó la peliblanca, poniendo su vista sobre su compañero.

    Zak la miró con nerviosismo.

-Umm. ¡Claro!

    Creía que a ella no le habría hecho mucha gracia contarle aquella anécdota de su pasado cuando él se descuidó de su pájaro y lo substituyó como robot.

    Al llegar, TN sin pensarlo dos veces, se tumbó sobre su cama. Necesitaba descansar después de haber hecho aquel combate que la había dejado sin fuerzas.

-Dudo que tarde mucho en dormir... -Suspiró.-Estoy molida.

    Zak, se sentó en su despectiva cama también, la cual ahora estaba pegada con la de la chica. Se estiró la espalda, crujiéndola levemente.

-Pues tuve una idea para luego. -Explicó este, captando la atención de su contraria. -Por variar podemos ir a dar una vuelta de noche. Quisiera enseñarte algo que me mostró Tanpo.

    La chica, de estar tumbada, cambió su posición, ahora sentada, captando únicamente al rubio. Pensó durante unos segundos.

-¿Está muy lejos?

    Zak negó con la cabeza.

-Lo suficiente para que Kento nos deje tranquilos.

-Entonces acepto. -Respondió finalmente ella.

    Con las lunas mostrándose en aquel planeta, era hora de escaquearse.

-No hagamos mucho ruido, no querrás que Kento husmee.

    Ambos salieron de la casa silenciosamente. La peliblanca encendió una luz desde su armadura para poder ver mejor el camino, haciendo que el chico reaccionara tapándola rápidamente.

-No necesitamos luz.-Respondió con una sonrisa.

    Parecía que él había ido más de una vez por aquel lugar, puesto que se sabía el camino sin usar algo que alumbrase como referencia.

-Y bien, Hakuru, ¿Qué tienes en mente?

    Zak se giró a verla e hizo un gesto de duda para no contarle lo que era.

-Eres difícil, ¿eh?

-Mejor que lo veas con tus ojos.

    El rubio se quedó parado frente unos zorzales altos y densos, rodeados por grandes piedras.

-¡Es por aquí!

    La chica miró a este, confusa, no parecía creer viable pasar por ahí, y no parecía haber otro camino.

-Observa. -Agarró un palo que había tendido en el suelo y apartó las malezas, abriendo paso a un lugar totalmente diferente a lo que había visto la chica en su estancia en esa dimensión.

    Quedó alucinada, de ser un espacio desértico, lleno de ruinas antiguas y un sitio para entrenar Sendokai, se volvió un sitio de ensueño, relajante y natural, lleno de flores; tanto fosforescentes como resplandecientes. El lugar era bastante llano, con el suelo recubierto de césped y como lo antes mencionado, flores y algún que otro árbol rondando por ahí.

~Lazos Opuestos (Zak X Tú) SendokaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora