Capítulo 12: Tu culpa

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Día 14 - Prendas con aroma Parte 1

Llegó a casa a altas horas de la madrugada. No era su plan inicial, pero después de regresar de Osaka tuvo que reunirse con los demás miembros de la junta, entre ellos el abuelo de Ryuunosuke (cabeza de la rama Akutagawa), Mori, por supuesto, Ango como su abogado y los otros sub líderes de su bonita familia, para informarles los resultados del acuerdo de transferencia.

Sobra decir que, como estaban contentos con la absorción del conglomerado, la cena se alargó más de lo planeado, terminando en una pequeña fiesta en casa de Mori por la celebración. A Dazai le hubiese encantado largarse, y normalmente lo haría, pero mal que bien él era el jefe de la familia, el alfa líder, es por eso que debía estar presente. Qué envidia le tenía en ese momento a Akutagawa, que pudo escabullirse sin problema de las obligaciones que le ponía su abuelo, al ser este un viejo mezquino que no quería soltar las riendas del poder.

Logró zafarse de sus familiares prometiendo que después harían una fiesta más grande para celebrar, en la que estarían incluidos los demás primos y tíos que no se encontraban allí, e incluso podrían invitar a la familia Verlaine, que era tan cercana a la suya.

La excusa le compró tiempo para irse de la reunión, pero también le causaba dolor de cabeza pensar que ahora tendría que organizar una velada para todos y que probablemente tendría que ser en su casa.

"Agh, tendré que sacar a Atsushi solo por si acaso, o quizás usar algún salón", pensó con cansancio observando su oscura mansión mientras el auto se detenía.

— Bueno, supongo que por fin soy libre del trabajo —se quejó al aire, estirando sus brazos por encima de su cabeza para después abrir la puerta del auto.

— Aún hay algunos detalles que concretar, no lo olvides — le contestó Ango desde el asiento del copiloto, mirándolo de reojo.

— ¡Aghhh, Ango, podrías dejar de pensar en el trabajo por lo menos un momento! ¿Cómo te lo aguantas, Odasaku? — dramatizó, haciendo una cara de hastío, sosteniendo la puerta abierta para salir tan pronto como terminara de hablar con el alfa y el omega.

— Porque lo amo —respondió Odasaku en toda su simpleza, como si no fuera nada, haciendo toser incómodo a Ango. Si Dazai no se equivocaba, incluso pudo ver un ligero sonrojo en sus mejillas mientras fruncía el ceño para disimular su vergüenza.

— Como sea, puedes ir a descansar ahora, Dazai-kun, luego hablaremos de los pendientes —Ango se rindió, dándole por fin carta libre para huir a su casa.

— Mañana nos vemos, Dazai —

— Oh, no es necesario, Odasaku, puedes tener el día libre. Planeo quedarme en casa mañana —le contestó alegre, saliendo apresurado del auto antes de que Ango, con una evidente expresión de alerta, pudiera decirle algo.

— ¿Cómo qué te tomas el día? ¡No te acabo de decir que tenemos cosas que concretar! — le gritó a través de la ventana del auto, enojado. Dazai como única respuesta a la modestia de Ango, con socarronería alzó el brazo para despedirse sonriente.

— Bye, bye~, no olviden que tienen un largo camino que recorrer, no se les haga más tarde — se despidió alegre, sin borrar la sonrisa infantil de niño bueno que estaba haciendo enfurecer aún más a Ango. Odasaku parecía estar de acuerdo con él, a juzgar por cómo asintió a modo de despedida, arrancando el auto ignorando las protestas de Ango.

Dazai no mentía cuando dijo que tenían un largo camino que recorrer. La pareja no vivía en la villa, a pesar de que Dazai les había ofrecido parte de sus terrenos para construir la casa, ellos decidieron que preferían estar alejados de las familias que vivían en el lugar para mantener su tranquilidad, así como los personal alejado de lo laboral.

Una simple transacción (DazAtsu - ChuuAku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora