𝐓𝐇𝐄 𝐇𝐈𝐃𝐃𝐄𝐍 𝐘𝐎𝐊𝐀𝐈

Ｐｒóｌｏｇｏ

Era una sala extrañamente grande y familiar, era un poco raro que solo hayan cinco personas (o lo que parecían serlo a la luz de la luna), ventanales tan grandes a los costados de esa sala, podías ver el cielo oscuro sin una minúscula estrella por culpa de la contaminación lumínica de la ciudad, lo único que se podía oír en aquel lugar era un aleteo que parecía provenir de una mosca, una respiración gruesa como la de un tigre, un gran perro y los sonidos metálicos de una pata que se movía nerviosa esperando que la persona que yacia sentada hable.

- ¿Estás completamente seguro de que esta vez funcionará Stockman?

Dice una voz gruesa en las penumbras de aquella gran sala, sentado en lo que parecía ser un trono, mirando con repudio al mutante que estaba al final de las escaleras.

- Por zzzupuezzzto Señor, yo mizzzmo me encargué de poner en zzzu cerebro una cantidad enorme de guzzzanos. ¡Unozzz compuezzztos químicos mejoradozzz para que no tenga ni la mázzz mínima pozzzibilidad de recordar zzziquiera zzzu nombre!

El mutante movía su cabeza con un poco de nervios y sus frases estaban entrecortadas con un sonido que era idéntico al de una mosca.

- Espero que así sea Stockman, porque si llegas a fallarme otra vez, yo mismo me encargaré de arrancarte esas asquerosas alas de mutante y obligaré a que te las tragues.

Con un poco de rapidez la mosca se echó un poco hacía atrás con miedo al oír tal amenaza, miró hacía un costado dónde estaba uno de los otros mutantes indicándole con un movimiento de cabeza que lo traiga.
Garra de tigre le dió un leve gruñido al ser mandado por una estúpida mosca como esa pero no esperó dos segundos e hizo lo que se le pidió, fue hasta al fondo de la sala acompañado de Razhar y abrieron ambas puertas de la sala en silencio.

- Adelante.

Del pasillo oscuro avanzaron tres personas, la del medio parecía más una masa cubierta con una capa color bordo oscuro muy desgastada, a su lado habían dos ninjas del clan caminando en silencio hasta el trono que yacía en fondo de la sala. De repente los ninjas dejaron de avanzar al ver la mano de aquel hombre con traje de metal, el bulto debajo de la capa también se detuvo al ver a sus acompañantes detenerse y cuando intento voltearse el sonido de aquel hombre sentado levantándose hizo que volteara inmediatamente hacía las escaleras.
De manera lenta, el hombre que ocultaba su rostro con un casco un poco aterrador bajo en silencio dejando solo el ruido de sus metales moviéndose y su respiración lenta, frenó al final de la escalera quedando frente aquella figura que lo miraba con ojos vacíos en silencio.

- Tortuga...desde el día de hoy seguirás cada una de mis órdenes sin negarte ¿Entendido?.

La figura quedó mirándolo en silencio procesando un poco las palabras de aquella persona, al entender su orden no pudo evitar arodillarse ante los pies de aquel hombre, la capucha de esa horrible capa cayó hacía atrás con el movimiento repentino dejándo ver un asqueroso color verde en su rostro lleno de pecas.

- Si, Maestro Destructor...