"𝑺𝒊 𝑻𝒖 𝑨𝒎𝒐𝒓 𝑯𝒖𝒃𝒊𝒆𝒔𝒆 𝑺𝒊𝒅𝒐 𝑪𝒐𝒓𝒓𝒆𝒔𝒑𝒐𝒏𝒅𝒊𝒅𝒐"

"𝑺𝒐𝒍𝒐 𝒕𝒖 𝒚 𝒚𝒐"

Apenas entre a casa me fui a bañar, me demore menos de una hora. «La ducha te quita los peores pensamientos y las peores marcas».

Terminé de ducharme y busque algo casual para ponerme, era un vestido color rosado con diseño de flores, pero opte por no colocarme eso.

Ordene mi dormitorio, limpie la cocina y me hice algo de cenar. Tenía el sentimiento de que hoy había algo, pero no sé qué es.

-

Mientras miraba la TV, recibí una llamada.

*Llamada entrante*
Jessy❤️

-Hola Jess, ¿paso algo?.

-Me imagino que estás a punto de llegar, Isa-habla sarcástica.

-¿Llegar a donde?-dije confundida.

—Verdad, con tantas cosas que pasaste, te olvidaste que hoy es el día de acampar, lo siento Isa, si no puedes venir, no hay problema.

«Cierto, el campamento»

—Dame media hora, ¿crees que me puedes esperar Jess?.

—Con gusto princesa, te esperamos, ah y por cierto, Jake ya se fue—cuelga el teléfono.

«Ni siquiera se digno a preguntar si iré, ay, qué patético»

—

Deje todo lo sucio en el lavadero, fui a la recámara a ponerme algo digno que diga "Yo soy Isabel Ponce, así que nomás mírame", no negaré que a veces me daba pena hablar así, pero después dije que nadie es más loca como yo para darse cumplidos sola.

—

Me coloque la ropa indicada, fui al restaurant donde trabajaba y pedí comida china «Que odio, no debí decirle que llevaré comida».

—

Llegue a tiempo, Jessy me recibió y fuimos en el bus con los del 4 piso.

—Que preciosura es verte así Isabel—comenta Richy.

—Esto parece pijama, no ves el pantalón ancho y el polo largo con el que me encuentro.

—No seas tan así, te queda muy bien, hasta una caja desechable te quedaría perfecto—expresa Dan.

—No saben lo mucho que los quiero, gracias por seguir aquí—dije y luego hago un corazón con mis mano.

Mire a través de la ventana la noche, estaba muy bonita como para acampar, la luna resaltaba y las estrellas hacían que el cielo se vea como en las imágenes de Pinterest.

—

Llegamos, todos bajamos con cuidado para no hacernos daño, menos Reik y Axel, se estaban empujando mientras salían.

—Tranquila bonita, a ti no te voy a empujar—susurra Axel en mi oído.

—Pero yo sí—comenté alejándome de el.

Se quedó observándome mientras lamía sus labios.
«Idiota».

—Bueno estudiantes, futuros profesionales, hoy nos hemos reunido aquí para celebrar su ingreso a la universidad, todos digan "viva el profesor Miguel"—habla el profesor entusiasmado.