Así los conocí asi me enamore

Parte 14

LUCA

El tiempo siguió pasando, y cuando quisimos darnos cuenta Kevin y yo cumplíamos ocho años con Emily. Perdón. Debí decir ocho MARAVILLOSOS años. Kevin y Ely tenían ya veintiocho años y yo treinta. Para entonces ya nos conocíamos más que de memoria, y solo necesitábamos mirarnos para saber el estado anímico de los otros. Fue en esa época, que un día que Ely estaba de viaje de trabajo, Kevin y yo salimos a cenar y nos pusimos de acuerdo para pedirle a Ely dar un paso más en la relación y comprometernos. Decidimos que se lo preguntaríamos cuando cumpliéramos ocho años juntos, y nos aseguraríamos que nunca olvidara esa noche.

Finalmente llego el día de lo que sería LA NOCHE. Decidimos cenar en el restaurante donde nos habíamos conocido. Luego de la sobremesa la mire a los ojos. –Hay algo que queremos hablar contigo princesa. –Soy toda oídos. –En este tiempo hemos compartido buenos momentos y nos hemos apoyado en los malos. Juntos hemos crecido profesionalmente y como personas y hemos cumplido nuestros sueños. Sabemos que el camino no siempre será fácil ni todo será alegría. Pero te has convertido en parte fundamental de nuestras vidas y no podemos imaginar el futuro sin vos. Por eso es que...

Le hice un gesto pidiéndole que nos acompañara. Momentos después habíamos llegado al patio interior del restaurante, (iluminado por varias velas en esferas de cristal) en el que había una fuente por la que caía una pequeña cascada, rodeado de un cantero llenos de flores. Con la colaboración de los empleados del restaurante, en ese momento empezó a sonar carros de fuego (una de las melodías preferidas de Ely), y a caer literalmente una lluvia de multicolores pétalos de rosas, mientras Kevin n y yo nos arrodillábamos ante ella, y del bolsillo del pantalón sacamos dos cajitas que abrimos dejando ver dos alianzas. – ¿Quisieras comprometerte y estar con nosotros toda la vida Emily?. Me sorprendió ver que... sonreía al tiempo sus ojos se llenaban de lágrimas. En eso tomo una mano de Kevin y una mía.

-Yo... claro que quiero. Tengo claro que no todo será felicidad y que no siempre será fácil. Pero hay personas por las que realmente vale la pena enfrentarse al mismísimo mundo. Y ustedes son el mejor ejemplo de eso. Nunca duden que los amo. Los amo como nunca creí poder amar. Sonreí. –Hacete idea princesa. Hacete a la idea que hoy no vamos a dejarte dormir. Sonrío. –Pues para que negarlo. Yo también tengo una que otra idea en mente para "jugar" con ustedes. Dicho y hecho. Esa noche sería ABSOLUTAMENTE INOLVIDABLE.

Al otro día mientras desayunábamos, decidimos que cuando pudiéramos combinar, invitaríamos a almorzar a nuestros suegros y a los amigos de cada uno para compartir la gran noticia. Al final combinamos para un sábado dos semanas después. El almuerzo estaba fijado para la una y media, pero no me sorprendió en lo absoluto, cuando a las diez llegaron nuestros suegros y algunos amigos para ayudar a acomodar las mesas, sillas, y demás. Luego de un largo y animadísimo almuerzo, mientras disfrutábamos de la sobremesa con café, té y postre s varios, decidimos que era hora de que todos se enteraran. Emily tomo un micrófono y pido la atención de todos los presentes. -Primero que nada, gracias por estar presentes en este momento. Y segundo. Más allá de que siempre es maravilloso compartir un rato con amigos, tenemos una razón muy especial para reunirlos y ahora mismo la van a saber. Queremos hacerlos participes de nuestra alegría, al comunicarles que hace dos semanas... nos miró sonriendo. -¿Listos para hacer pública la noticia?. –Por supuesto que si Ely. Acto seguido miro a nuestros invitados. –Como recién les dije, queremos que compartan el momento más importante de nuestra relación. Y este no es otro que...

Un momento después nos habíamos quitado los guantes que llevábamos, dejando al descubierto las alianzas. Luego de unos momentos, mama fue la primera en hablar. –Ustedes... ustedes... ¿se...?. La miro sonriendo. –Si ma. Hace dos semanas salimos a cenar y fue allí que me hicieron la gran pregunta. Esa noche me hicieron la mujer más feliz del...