Parte 6 LUCA

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No tengo idea si fue casualidad o estaba en los planes del destino. Pero en caso u otro, conocer a Kevin fue lo mejor que hasta entonces me había sucedido en la vida. Como olvidar aquel primer encuentro, cuando lo vi parcialmente borracho y... bueno, sacando todo por la boca. Sin saber porque lo ayude mientras lo hacía y luego le tendí un pañuelo para que se limpiara la boca, tras lo cual le pedí que me esperara que en seguida volvía. Así lo hice tendiéndole una banana y una botella de agua mineral, indicándole que las consumiera muy de a poco. Momentos después, no voy a decir que estuviera mejor ni mucho menos, pero al menos ya era capaz de estar sentado sin ayuda. Cuando estuvo aceptablemente estable, le pedí que me acompañara, y apoyándolo en mis hombros lo lleve al auto que tenía ahí cerca. Momentos después estábamos en casa. Le serví más agua mineral y un huevo duro, pues según había leído ayudan a bajar los efectos del alcohol. Finalmente me miro. -¿Por qué...?.

-¿Por qué me trajiste a la que supongo es tu casa?. ¿Pensaste que soy un total desconocido y que podría ser un sicópata?. –Lo tengo claro. Pero... no cuesta nada ayudar a quien lo necesite. Acto seguido le pregunte sui quería dormir un rato para seguir recuperándose. Lo cierto es que me dijo que si, y poco después dormía profundamente. Al despertar poco más de tres horas después, me miro casi que ¿sonriendo?. –Me siento como nuevo. Me gustaría agradecerte lo que hiciste. ¿Qué decís de que vayamos cenar a un restaurante que hay acá cerca?. Dicho y hecho. Ahí estábamos un rato después. Al entrar... vi en una mesa a la mujer más hermosa que había visto nunca. Morocha, pelo parcialmente lacio, como de ¿1,65 metros?. Por la expresión de Kevin supe que a el tampoco le era indiferente. Decidimos invitarla a tomar algo, pero grande fue nuestras ¿sorpresa? cuando nos mandó volar. Entiéndase nos pidió que la dejáramos sola, con una expresión que indicaba claramente que estaba molesta.

Decidimos que si la ¿casualidad? Nos permitía, lo intentaríamos las vece que fuera necesario hasta lograrlo. Lo cierto es que seis meses y quizás quince intentos más tarde, una noche entramos al restaurante, y a hi estaba en la mesa de siempre. Empezaos a ir hacia allá, cuando un tipo salido de la nada (o eso nos pareció), se paró junto a ella... y literalmente la tomo por el cuello y empezó a apretar más y más. Nos enojamos cuando vimos que nadie iba a ayudarla. Corrimos hacia allá, y lo separe de ella dándole una trompada. -¡¡DEJALA EN PAZ IMBECIL!!.

El desconocido me miro claramente molesto. -¿Por qué carajo te metes en asuntos ajenos?. Lo mire furioso. -Porque a diferencia de vos, a mi si me enseñaron que a las mujeres no se les pega ni con e pétalo de una flor. Desparece de acá maldito infeliz. Se fue maldiciendo entre dientes, mientras me miraba de una forma nada agradable. Acto seguido vi que temblaba notoriamente mientras Kevin la abrazaba hablándole. –Ya paso todo. EL desgraciado ya se fue. Me senté a su lado y tome su mano mirándola a los ojos. –Tranquila. El cobarde ya no te va a molestar. Finalmente nos miró aun temblando. –Yo... les... les pido perdón. Aquello si nos sorprendió. -¿Y eso porque?. –Porque... fueron los únicos que me ayudaron pese a que les hable mal una y otra vez. –Tranquila. Tenías razón. A fin de cuentas somos desconocidos. –En agradecimiento los invito a cenar si gustan. –Porque no. Sonriendo estrechamos sus manos que nos tendió de igual forma. –Un gusto. Soy Emily. -El gusto es nuestro. Somos Luca y Kevin. 

Así los conocí asi me enamoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora