[1] Do Revenge - Stu Macher

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═════CAPITULO TRECE═════
"We Need To Talk"

  
     Sarah había terminado de hablar con su madre, su mente no dejaba de darle vueltas y vueltas a lo que había ocurrido.

Era demasiada información que procesar en tan poco tiempo, las lágrimas habían dejado de fluir por sus ojos, su vista era borrosa aún y su mirada estaba perdida en algún punto de la habitación vacía.

solo podía escuchar el pitido de la máquina que le recordaba aquello que tanto trataba de ignorar.

estaba viva.

respirando.

sabía que debía ser de esa manera, lo había planeado así, siempre supo que ella viviría a toda costa, pero no significaba que doliera menos saber que verdaderamente lo había conseguido.

aun así seguía sintiendo aquel gusto a fracaso en su boca que no la dejaba cerrar sus ojos ante el cansancio.

la puerta de la habitación se abrió lentamente, haciendo un ruido que logró llamar la atención de Sarah, sacándola de su propia mente que tanto la estaba torturando.

se volteó hacia la entrada y la vio, parada con los ojos cristalizados, tenía una camiseta corta que dejaba ver en su hombro el asomo de una cicatriz, su cabello estaba en un desastroso moño que dejaba ver el estado de Sidney.

la morocha paró en seco al ver a sarah despierta, observándola, pero pronto retomó su camino cuando pudo ver como las lágrimas comenzaban a rodar por las mejillas de la rubia, corrió hacia ella y la abrazó con cuidado pero con decisión, quería hacerle saber que ella estaría a su lado sin importar que.

Sarah tardó unos segundos en devolverle el abrazo, pero cuando lo hizo no pudo evitar apretar con fuerza, con desesperación, con enojo.

siguió llorando en los brazos de su condena, le resultaba irónico llorar abrazada a la persona que había asesinado a su novio y mejor amigo, se sentía una hipócrita por estar siendo consolada por la causa de su tristeza, pero en ese momento era lo único que necesitaba.

el vacío en su pecho se reducía un poco con cada abrazo y muestra de afecto que Sidney le daba, pero era cada vez más profundo al sentir el latir de su corazón, al sentirla viva, entera.

saber que todo lo que había sacrificado había sido para nada la consumía poco a poco, saber que ella había perdido tanto de sí misma en la búsqueda de justicia y que finalmente no la consiguió.

no podía ser así, no tenía que ser así.

en qué mundo viven si las injusticias como aquella se dejaban pasar por alto, donde dejaban a una ladrona como sidney vivir sin el peso de sus privilegios, donde la dejaban ser feliz aun cuando desidia ser una ignorante de lo que pasaba a su alrededor, donde podía ser egoísta con el resto y aun asi no recibir un castigo.