Capítulo 3: Los Sueños Rotos de Xavier

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Mykonos - Grecia

Presente:


Xavier se encontraba sólo en su cafetería, recién había abierto y casi siempre era el primero en llegar al lugar. Mientras preparaba su café como de costumbre, los recuerdos del pasado no tardaron en invadir su mente, mezclándose con el susurro del presente, creando una atmósfera cargada de melancolía y dolor.

Volvió a recordar el día del trágico accidente automovilístico, ese día que lo cambió todo para siempre y que le hizo perder las esperanzas de volver a amar.


Los Ángeles - California

5 años antes:


Era una tarde soleada en la ciudad de Los Ángeles; las grandes palmeras decoraban las calles, dándole un aura cinematográfica. Xavier se encontraba conduciendo junto con su prometida en el asiento del copiloto, rumbo a una audición que sería la gran oportunidad para alcanzar sus sueños de ser actor.

Stella, su prometida, miraba a Xavier con una sonrisa tranquilizadora. Sus ojos, llenos de amor y apoyo, mientras trataba de calmar los nervios que invadían a su prometido.

—Xavier, cariño —habló captando su atención— ¿En qué piensas? Te veo algo distraído —agregó preocupada.

—¿Crees que sea capaz de hacerlo bien? preguntó el indeciso.

—Amor, sé que vas a brillar en tu audición—respondió ella con su voz en un tono suave y reconfortante—. Tienes tanto talento y pasión, todos podrán ver eso al igual que yo lo veo.

Xavier se limitó a asentir con gratitud, pero el peso del miedo y la incertidumbre aún pesaba sobre sus hombros. Era la primera vez que lo intentaba seriamente, era una industria difícil y había demasiada competencia.

—Pero, ¿y si no soy lo que están buscando? ¿Si no estoy a la altura? —preguntó preocupado.

El semáforo indicaba que debía frenar; con su vista perdida en el camino, Xavier se encontraba invadido por las incertidumbres que su propia mente había creado.

—Escúchame —interrumpió Stella, tomando el rostro del hombre con delicadeza—. Tú eres increíblemente talentoso, y lo más importante, eres auténtico; sólo sé tú mismo y deja que tu luz brille—dijo viéndolo a los ojos—. No importa lo que pase, siempre estaré aquí apoyándote porque creo en ti más que en nada en este mundo —finalizó, regalándole una sonrisa.

Las palabras de su prometida lograban llenar el corazón de Xavier, y con un sentido de confianza se dió cuenta de que con el amor y el apoyo de Stella a su lado, no había nada que no pudiera lograr.

Viéndola con ternura una última vez antes de seguir su camino, le brindo una sonrisa como respuesta a sus palabras, seguida de un cálido beso que deposito en sus labios. Estaba nuevamente lleno de esperanza para enfrentar su audición con valentía.

Pero el destino no es tan certero cómo quisiéramos e inevitablemente hay veces en las que suele cambiar nuestros planes.

Entre las ruinas del pasado (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora