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En cuanto cumplieron todos sus pendientes, el peli negro comenzo a arreglarse para la fiesta a la que había sido invitado.

Se puso un lindo vestido Rosa, la espalda descubierta siendo lo único que la tocaba unos pequeños listones que juntan los dos extremos de la parte superior.

La falda ligeramente olgada poco abajo de medio muslo y el cabello recogido en una coleta decorada con un listón blanco alrededor de la liga.

Salió de su Sala común, dando lindas sonrisas a todos los que la miraban.

Ella simplemente siguió su camino, y en cuanto salió se encamino a las frías mazmorras, específicamente, a la Sala común de Slytherin.

Mientras más bajaba, y se acercaba, sentía el frío lastimar su blanca piel.

Una vez teniendo la Sala común de Slytherin a la vuelta de la esquina, empezó a escuchar un par de voces.

— ¡Oh vamos! – Dijo una voz grave que no supo reconocer – ¡Deberías de saber quién entra y quien sale!

— ¡Carajo Lu! – dijo una voz que si supo reconocer, Bellatrix – ¡Solo fui al baño!

— ¡Debiste esperar a que viniera! – La otra voz se mostró molesta – oh Bella, acabo de sacar a varios Gryffindor de la fiesta

— Bien, lo siento, pondré más atención

— Vale, gracias – Dijo la voz gruesa, seguido de eso escucho unos pasos – Ah, por cierto, no has visto a Sirio?

Comenzaba a pensar si debía seguir su camino ya, o escuchar un poco más.

— Black no contestó mi carta, por lo cual según me han dicho los Ravenclaw hace cuando quien irá será Sirio

— Si, el hace eso

Y, justo como arte de magia dio la vuelta a la esquina del pasillo (algo que a Sirius, en lo personal le encanto hacer).

Observo a su prima con un lindo vestido de sarín verde sin mangas, una falda Recta y larga con una abertura a la izquierda y tacones negros, conjunto que hacia juego con su lindo pelo recogido y un lindo tocado de flores verdes con pedrería negra en el centro.

A un lado de ella, Estaba Lucius Malfoy, llevaba un pantalón de traje verde oscuro casi negro, una camisa abotonada de manga larga blanca y un chaleco café oscuro junto a una corbata del mismo color que su pantalón por debajo del chaleco, con el pelo a media espalda sujetado un una cola.

— ¡oh querida! – Exclamó, tan pronto como noto su presencia – ¡Justo le preguntaba a Bellatrix sobre ti!

— Jaja – Solto una ligera risa, mientras aún caminaba – ¿llego muy tarde? Perdí la noción del tiempo

— Para nada, querida – y justo cuando la tuvo enfrente, se inclinó y dio un beso en su mano –

Oh, como le encanta este juego.

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𝘌𝘴𝘵𝘢 𝘯𝘰𝘤𝘩𝘦, 𝘴𝘪𝘳𝘪𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘵𝘪. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora