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── ¿Tu novio no ha venido, eh?
── Ya, Utahime, cállate. ── resopló con una pizca de paciencia menos. ── No es mi novio, solo un amigo.
Ó eso creía Satoru, porque quizás estaba un poquito confundido respecto a eso.
Ya habían pasado un par de meses desde aquél caótico día en que Suguru y él se conocieron, desde ese momento siempre tuvieron contacto, almorzaban juntos la mayoría del tiempo, se mandaban mensajes e incluso se llamaban y salían juntos a uno que otro lugar bonito.
Geto era muy detallista, le había dado regalitos unas veces, al igual que él, obvio, agradecía los detalles del azabache con entusiasmo y siempre tenía algo que darle, ya sea porque vio algo y se acordó de su amigo repartidor o porque éste le contaba sobre algo que quería y justo lo encontraba.
Y cada vez que se veían, Gojo sentía una manada de mariposas nacer en su estómago, cuando lo escuchaba hablar, reír o verlo hacer algo, mil mariposas más nacían, su cuerpo sufría un leve temblor, sus manos se volvían torpes y su boca escupía mal sus palabras. Claro que pasaba algo ahí, pero no quería asimilarlo sin más, porque estaba la posibilidad de que a Geto no le pasaran estas cosas y su amistad se viese afectada.
Desde el día que el azabache lo acompañó después de almorzar, la catarata de rumores comenzó en su trabajo, muchos profesores ya lo sabían y ─obviamente─ Ieri también, por lo que cada mañana lo molestaba con eso y debía soportarla. Ni se diga de sus alumnos, ya había oído que muchos tenían una atracción hacia él, pero no tenía problema, eran chicos en el auge de la pubertad, era obvio que les atrajera lo primero que vieran. Lo mismo los profesores con los que alguna vez tuvo algo, ellos paraban la oreja cuando alguien traía a la conversación lo del supuesto "novio nuevo" de Satoru.
Nanami le había dicho que varios de ellos le preguntaron por ese tema, y siempre respondía que Gojo podía hacer con su culo lo que quisiera. Tan amable y directo como siempre él.
── ¿Qué hacen a la noche? ── entró Shoko Ieiri a la sala de profesores, otra de sus colegas, pero a ella la consideraba una gran amiga y sabía que no le molestaría con ese tema.
── Yo a preparar los próximos temas y Satoru seguro a follar con su novio. ── respondió sonriendo Utahime, mientras hacía el ademán del sexo.
── ¡Ya, Utahime! No es mi novio.
── Ay él, se enoja y se sonroja por su novio. ── lo señaló, sacando la lengua y luego riendo.
── Cállate, a ti ni a los pubertos les atraes.
── No tienen remedio ustedes. ── murmuró la castaña suspirando, sacando su recipiente de plástico con su almuerzo. ── Pobre Nanami.
Por eso almuerzo afuera pensó Gojo farfullando insultos a Iori, quien solo reía y seguía burlándose de él, como si fuese lo más gracioso del mundo y no que sus sentimientos estaban en medio.