Elsa había regresado a su castillo en las montañas (a pie obviamente ya que había olvidado su extraordinario carruaje en el castillo donde se celebraba el baile). Exhausta, aun así cerró sus puertas para que nadie pudiese entrar, ni salir. Se aisló completamente, e inconscientemente, había cerrado las puertas de su corazón. No permitiría a Jack regresar. No después de lo sucedido.
Se dirigió al balcón de su palacio, y con las pocas fuerzas que le quedaban debido a su inmensa tristeza, gritó al aire, con la mínima esperanza de que Jack la pudiese escuchar:
-¡Te odio, Jack! ¡Me mentiste! ¡Dijiste que me amabas y no era cierto! ¡No quiero que vuelvas! ¡Nunca jamás! ¡Ya no eres mi Guardián, no te necesito!
Al terminar la última palabra se lanzó al suelo y siguió llorando. Los puños de su hermoso vestido estaban húmedos por las lágrimas que se había secado. Recordó su vestido. Aquella hermosa creación que había hecho para sorprender a su amado. Pero eso ya era historia. Se paró bruscamente, con el ceño fruncido y se quitó a tirones su vestido, destrozándolo , pedazo por pedazo. Las telas de hielo quedaron tiradas en el suelo. Subió a su habitación, destruyó aquellos zapatos que él le había armado para caminar más cómoda por los bosques e incluso quebró en dos con sus poderes de hielo la cama de Jack, en la que había dormido una vez, cuando pudo sentir su calidez.
No... eso era cosa del pasado. Quería destruir cualquier cosa que le recordara a Jack. El chico que destruyó su corazón. Reconstruyó su viejo vestido de hielo, armó su peinado de siempre. Pero había algo del que se había olvidado y ya no traía consigo. La tiara... La tiara que le había hecho Jack no seguía allí en su cabeza. Ese estúpido corazón de hielo que simbolizaba su "amor" tampoco seguía allí , Elsa lo había lanzado al suelo cuando salió corriendo del baile. Esa tiara simbolizaba que Jack le había dado su corazón y algo en su interior no quiso haber tirado ese regalo. Pero lo hecho hecho está. El pasado ya pasó.
Jack recuperó la conciencia, no sabía cuanto tiempo llevaba tirado en la nieve. Se encontraba solo. El ambiente, desolado. Las brujas se habían marchado, y las personas del baile también. Sin saber que sucedió con todos ellos, Jack se incorporó, debía encontrar a Elsa. Era lo más importante. Debía explicarle que él no había besado a la chica. Que ella estaba loca, lo había emborrachado con una bebida misteriosa y fue ella quién lo besó, incluso intentó confundirlo. Elsa era la única chica a la que había amado y seguirá amando. La única. Pero él sabía que una explicación tan simple no bastaría para arreglar el corazón roto de Elsa ¿Cómo le explicaría que todo fue un mal entendido?
-Nunca lo sabré si me quedo de brazos cruzados. Iré a buscar a Elsa y arreglaré las cosas, cueste lo que cueste.
En ese instante, el viento levantó a Jack por los aires, haciéndolo volar en la dirección opuesta a la que quería ir. No era la típica brisa suave que hacía que él volara. Este era un viento arrasador que lo llevó al Polo Norte en menos de 5 minutos, lugar de reunión de los Guardianes.
-¡¿Pero que?! ¡¡Viento, llévame al castillo de Elsa!! - Le ordenó Jack. Pero el viento seguía soplando más fuerte hasta que llego a su indeseable destino.
-¿Jack? ¿Pero que estás haciendo aquí? ¡Creí que estabas con Elsa! - Dijo Santa Claus sorprendido al verlo atravesar las grandes puertas de madera.
-¡Santa! Eh.. yo... no sé, estaba por ir a buscarla, sucedió algo y luego el viento me trajo aquí. No debería estar aquí. Debería estar con Elsa. No comprendo...
El viento lo trajo al Polo Norte por que Elsa lo pidió. Fueron sus palabras en el viento que lo trajo de regreso "No quiero que vuelvas! Nunca jamás!" . Si Elsa no quería que Jack la protegiera, la ayudara, si no quería que fuese su Guardián al plaso de los 3 días, sus deseos serían cumplidos. Y así pasó. Elsa no quiso que él regresara jamás, por lo tanto, Jack dejó de ser su Guardián y no podría volver a verla, a menos que ella lo pidiera.
-Jack..- Dijo el Hada de los Dientes calmadamente- ¿Qué fue lo que sucedió?
-Ella huyó...
-¿¡¿Otra vez?!? Lo interrumpió el Conejo de Pascua.
-Si, déjame terminar, Conejote. Ella me vio cuando una chica me besaba y seguro pensó que la estaba engañando...
-¿Engañando? ¿Por qué? - Dijo Santa que se encontraba perdido en la conversación.
-Porque me enamoré de ella. Ella lo es todo para mí. Pero lo arruiné todo. - Jack bajó la cabeza, el dolor que sentía en su pecho, ese vació existente crecía cada vez más.
-¿Pero qué fue lo que sucedió para que pensara eso? -Dijo el Hada de los Dientes.
-Yo había llevado a Elsa a un baile en un pueblo cercano a las montañas del norte. Allí bailamos, nos reímos y disfrutamos la compañia del otro. Cuando fui a buscar una bebida para los dos, una chica pelirroja me ofreció una bebida extraña, pero se volvió tan pesada que al final la aceptñe y la bebí. Terminé borracho e inconsciente en la nieve, pero pude distinguir a Elsa que salía corriendo del salón el momento después de que la chica me besara.
-Espera, ¡¿como era la chica?! ¿¡Y-y la bebida!?- Le dijo extrañamente con desesperación el Conejo de Pascuas.
-La chica era pelirroja, ojos verdes y muy claros, vestiduras rojas. Y la bebida, no recuerdo muy bien, pero era roja... y espesa. También recuerdo que ella trató de confundirme y ahí fue cuando me besó-
-¡¡Brujas de las islas Rojas!! ¡Lo sabía! Debes tener cuidado con esas brujas, chico. - gritó el conejo emocionado por su conclución- Cuando tomas esa bebida es posible que termines en un calabozo como uno de sus esclavos personales.
-¡Que bueno que estás bien Jack! -Gritó angustiada y felíz el Hada de los Dientes y corrió a abrazarlo.
-Si lo estoy, pero eso no es lo importante. Quiero saber por qué volví.- Dijo seriamente Jack
El Hada de los Dientes se retiró lentamente de sus brazos porque desconocía la respuesta.
-La misión...- Susurró Norte- El viento te trajo de vuelta porque Elsa lo pidió tu misión está cumplida. Los tres días pasaron, Jack.
-Y si ella está herida, seguro que pidió no verte más- continuó el Conejo de Pascua.
-Osea que no podrás volver a verla. -Terminó tristemente Norte. - Lo siento muchacho.
-¿¡¿¡Que!?!? ¡NO, NO. NOO! NADA ME IMPEDIRÁ VOLVER A VERLA.
Dicho esto Jack se tiró por la ventana para comenzar a volar al castillo de Elsa. Pero el viento, bruscamente, no lo dejaba pasar. No pudo lograrlo. Fue arrastrado de nuevo al centro de reunión.
-Es inútil. No podré volver a verla.
Se tiró al suelo y comenzó a sollozar. El Hada de los Dientes se le acercó y le dijo:
-Jack, tranquilo, todo va a estar bien. Solo necesitas darle tiempo. Todo tiene solución. Necesita unas cuantas reparaciones pero esto se va a solucionar, ¿de acuerdo? Ten fe...
-Solo espero que se solucione rápido. - Dijo suspirando.
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jack frost y la reina elsa
Lãng mạnes una historia de Elsa donde cuando ella era pequeña el le dice que le ayudara con sus poderes pero se va y no vuelven. después varios años regresa diciéndole que le dieron la misión de enseñarla a usar sus poderes, pero ella no quiere.