Entre las Sombras del Desván

El Juego de las Emociones

El año en Hogwarts avanzaba con su habitual ritmo, pero para Draco y Harry, cada día traía consigo una nueva capa de intriga y emoción. Cedric Diggory continuaba siendo una presencia constante en la vida de Harry, su encanto y galantería ganando terreno en el corazón del joven mago.

Cedric no perdía oportunidad para coquetear e insinuarse a Harry, siempre con una sonrisa cautivadora y gestos de caballerosidad que lo dejaban deslumbrado. Harry, por su parte, se encontraba desconcertado por la atención inesperada, pero también halagado por la amabilidad de Cedric.

Mientras tanto, Draco observaba desde las sombras, su corazón ardiendo con una mezcla de celos y desesperación. Cada gesto cariñoso de Cedric hacia Harry le perforaba el alma, despertando una envidia que amenazaba con consumirlo por completo. Sin embargo, se negaba a admitir la verdad que había estado evitando: que sus sentimientos por Harry iban más allá de la amistad.

Pansy, Blaise, Hermione y Ron, atentos a la tensión que se había apoderado del grupo, observaban con preocupación los sutiles juegos de seducción entre Cedric, Harry y Draco. Cada interacción entre los tres estaba cargada con una electricidad palpable, una danza peligrosa de emociones y deseos ocultos.

Mientras los días pasaban, la tensión entre los tres jóvenes alcanzaba su punto máximo, con Cedric aumentando sus insinuaciones hacia Harry y Draco luchando por contener la tormenta de emociones que rugía en su interior. A pesar de sus esfuerzos por mantener su compostura, cada mirada compartida y cada roce accidental con Harry solo servía para avivar las llamas de su deseo.

Y así, en medio de los pasillos de Hogwarts, se desarrollaba un juego complejo de amor y deseo, con Cedric, Harry y Draco atrapados en un triángulo emocional que amenazaba con destrozarlos. Mientras tanto, Pansy, Blaise, Hermione y Ron observaban desde las sombras, sin saber cuál sería el desenlace de esta historia de pasión y traición.