El castillo de Hogwarts estaba envuelto en una bruma misteriosa esa noche, las sombras danzaban entre los corredores vacíos y las escaleras de caracol. Draco Malfoy caminaba con paso decidido por los pasillos, su capa ondeando detrás de él mientras se dirigía hacia el desván, un lugar poco frecuentado por los estudiantes y perfecto para la soledad que anhelaba en ese momento.
El sonido de sus propios pasos resonaba en sus oídos mientras subía las escaleras hacia el desván, sus pensamientos dando vueltas en su cabeza. Había sido una semana agotadora en Hogwarts, lidiando con las expectativas de su familia y las tensiones entre las Casas. Necesitaba un momento de paz, un lugar donde pudiera escapar de todo.
Al llegar al desván, Draco empujó la puerta entreabierta y entró, sintiendo el frío del lugar envolverlo. La tenue luz de la luna filtrándose por las ventanas apenas iluminaba la habitación, pero era suficiente para ver a la figura que estaba de pie junto a la ventana.
"¿Quién está ahí?", preguntó Draco, su voz resonando en la habitación. La figura se giró lentamente hacia él, revelando a Harry Potter, con una expresión sombría en su rostro.
"Potter", gruñó Draco, sintiendo una oleada de emociones contradictorias al ver al chico que había sido su rival durante tantos años.
Harry lo miró fijamente, sus ojos verdes brillando con una intensidad que Draco encontraba desconcertante. "Malfoy", respondió, su tono igualmente frío.
Durante un momento, los dos jóvenes se quedaron mirándose el uno al otro en silencio, como si estuvieran evaluando al otro, tratando de entender qué estaban haciendo allí en medio de la noche.
Finalmente, fue Draco quien rompió el silencio. "¿Qué estás haciendo aquí, Potter? Este no es exactamente tu lugar favorito en el castillo".
Harry se encogió de hombros, sus ojos todavía fijos en Draco. "Necesitaba un momento de tranquilidad", admitió. "Y este lugar suele estar vacío".
Draco asintió, entendiendo perfectamente el sentimiento. "Lo mismo puedo decir", murmuró.
Hubo otro momento de silencio incómodo antes de que Harry se acercara lentamente a Draco, sus ojos nunca apartándose de los suyos. "¿Puedo quedarme aquí contigo?", preguntó en voz baja, su aliento rozando la piel de Draco.
Draco se encontró sin aliento ante la proximidad de Harry, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. "Sí", respondió, su voz apenas un susurro. "Sí, por supuesto".
Y así, en la penumbra del desván, Draco y Harry encontraron un refugio inesperado el uno en el otro, dejando atrás las rivalidades del pasado mientras se perdían en la oscuridad juntos.
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Entre las Sombras del Desván
Hayran Kurgu"Entre las Sombras del Desván" es una historia cautivadora que nos sumerge en el mundo mágico de Hogwarts, explorando los rincones más oscuros y desconocidos del castillo. En el trasfondo de una noche nebulosa, Draco Malfoy y Harry Potter, dos figur...