La Ofrenda Final

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El bosque prohibido susurraba en la oscuridad mientras Harry Potter avanzaba con paso decidido entre los árboles retorcidos y las sombras danzantes. El silencio pesaba en el aire, interrumpido solo por el suave crujir de las hojas bajo sus pies y el latido frenético de su corazón.

Harry sabía lo que debía hacer. Se adentraba en el bosque en busca de la última pieza del rompecabezas, el último sacrificio que debía hacer para derrotar a Voldemort de una vez por todas. Sus amigos lo habían acompañado hasta el límite del bosque, pero ahora estaba solo, enfrentando su destino con coraje y determinación.

A medida que avanzaba, los recuerdos del pasado lo rodeaban, recordándole los desafíos y las pérdidas que había enfrentado en su camino hacia este momento. Pero también recordaba el amor y la amistad que lo habían llevado hasta aquí, dándole la fuerza para seguir adelante incluso en los momentos más oscuros.

Finalmente, llegó a un claro en el bosque, donde una figura oscura y encapuchada lo esperaba en la penumbra. Sabía que era la hora de enfrentarse a Voldemort cara a cara, de poner fin a la guerra que había consumido sus vidas durante tanto tiempo.

Con el corazón lleno de determinación, Harry se detuvo frente a Voldemort, su mirada firme y decidida. "Es hora de que esto termine, Voldemort", declaró, su voz resonando con un tono de autoridad que no conocía.

Voldemort sonrió con arrogancia, su voz llena de malicia mientras se preparaba para lanzar su último ataque. Pero antes de que pudiera hacerlo, Harry se adelantó, su mano extendida en un gesto de paz y perdón.

"Ya no hay necesidad de más violencia, Voldemort", continuó Harry, su voz tranquila pero firme. "Ha llegado el momento de que enfrentemos nuestras decisiones y las consecuencias que han traído".

Por un momento, Voldemort pareció considerar las palabras de Harry, su mirada vacilante por primera vez. Pero luego, con un grito de furia, lanzó un poderoso hechizo hacia Harry, quien lo recibió con calma y determinación.

La magia chocó en el aire con una explosión ensordecedora, iluminando el claro del bosque con una luz deslumbrante. Y en medio de la batalla final entre el bien y el mal, Harry Potter se mantuvo firme, su corazón lleno de esperanza y sacrificio mientras luchaba por la paz y la libertad que tanto anhelaba.

El hechizo verde de la muerte, el Avada Kedavra, se lanzó desde la varita de Voldemort con una velocidad mortal. Harry, con su coraje intacto pero con una expresión de serenidad en su rostro, no hizo ningún movimiento para esquivarlo. Sabía lo que tenía que hacer, y estaba dispuesto a pagar el precio final por la paz.

El hechizo golpeó a Harry con una fuerza devastadora, y por un instante, el mundo se detuvo. El silencio reinó en el bosque mientras todos observaban con horror la escena. Voldemort, con una sonrisa triunfante, se acercó al cuerpo inerte de Harry, saboreando su victoria.

Pero mientras la oscuridad se cerraba sobre él, una luz tenue comenzó a brillar desde el interior de Harry. Un resplandor dorado, cálido y reconfortante, envolvía su cuerpo, desafiando a la oscuridad que intentaba reclamarlo.

Voldemort retrocedió con sorpresa, su expresión de triunfo transformándose en confusión y furia. "¿Qué es esto?", rugió, su voz llena de desesperación. "¡No puede ser!"

En ese momento, la figura de Dumbledore se materializó en el claro del bosque, su presencia majestuosa llenando el aire con una sensación de poder y sabiduría. "El amor de Harry por sus amigos y su sacrificio desinteresado lo protegen de la muerte, Voldemort", declaró, su voz resonando con autoridad.

Con un grito de furia, Voldemort se abalanzó hacia Harry una vez más, decidido a acabar con él de una vez por todas. Pero antes de que pudiera hacerlo, una oleada de magia surgió de entre los árboles, llevando consigo a los amigos de Harry.

Draco, Hermione, Pansy, Ron y Blaise aparecieron en el claro del bosque, sus rostros llenos de angustia y determinación. Al ver el cuerpo de Harry en el suelo, inmóvil y frágil, un dolor insoportable llenó sus corazones.

Las lágrimas corrían por sus mejillas mientras se enfrentaban a Voldemort y a sus seguidores, su ira y su dolor impulsándolos a luchar con ferocidad. Los hechizos volaban en todas direcciones, iluminando la noche con destellos de magia y peligro.

Pero a pesar de sus esfuerzos, Harry seguía sin moverse, su cuerpo atrapado en un estado entre la vida y la muerte. Mientras la batalla hacía estragos a su alrededor, sus amigos luchaban desesperadamente por mantener viva la esperanza de que Harry despertara y se uniera a ellos una vez más.

Entre las Sombras del DesvánWhere stories live. Discover now