Capitulo 2

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𝐌𝐢 𝐃𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐚𝐝𝐨

Sasuke Uchiha.

Ese fue el nombre que su madre le dio, era el segundo hijo del líder, la gente de su tribu no esperaba mucho de él, a diferencia de su hermano mayor quien era bueno en muchas disciplinas, demasiadas como para contarlas con sus pequeños dedos en ese entonces.

Con el tiempo crecio desolado, frío y desconfiado de los demás, creció a la sombra de su hermano, pero a él no le molestaba, no le gustaba destacar, o bueno eso fue hasta ese momento.

—. Renuncio a mi derecho a ser Líder .— declaró su hermano mayor, Itachi.

—. ¿Que?!.— Gritó su Padre mientras le dio un buen golpe a la mesa.

—. Lo que escucho Padre, Haga el anuncio mañana, no me necesitará tiene a Sasuke.—

—.¿ Te volviste loco?—

—. Tal vez...

—. ¿Todo esto es por ese Omega?.— interrogó el Alfa mayor cuando ya estaba de pie.

—. No metas a Shisui en esto.— defendió el menor.

—. Ese Imbécil te usa y lo sabes...

Después de esa pelea su Padre y su hermano no se hablaron, así como así en un par de años se hizo líder de esa tribu cuando su Padre se lo sedio.

Con el pasar del tiempo amplio su territorio, su Tribu prosperaba con rapidez.

Pero entonces un tonto rey de un reino del cual no se tomó ni la molestia de aprender el nombre, comenzó a atacar sus territorios, defendió sus tierras a capa y espada sin piedad, hasta que suprimió aquel intento de conquista.

Entonces su enemigo sugirió un tratado de Paz, Ese rey sabía más que nadie que el contrario tenía mucha más fuerza en el campo de batalla y que ya no poseía los suficientes recuersos para defenderse.

El Alfa fue hacia el palacio, después de ver los términos del tratado y firmarlo, dio un recorrido por el palacio, poseo por los ostentosos jardines.

A lo lejos una ligera melodía de lo que parecía ser una flauta le llamo la atención,

Era un hermosa canción un gorrión estuvo de acuerdo con el y voló hacia la misma.

Camino guiado por la melodía,hasta llegar a espaldas del palacio, un enorme campo de margaritas estaba ahí, un pequeño sendero se abría paso por entre los pastizales hasta un roca lo suficientemente grande como para sentarse.

Y el esta ahí, sentado sobre esa roca en medio de las flores, tocando como su flauta aquella melodía, rubio de ojos tan azules como el lago de donde vivía, era omega, se percibía en su delicioso aroma a naranja y miel, era dulce pero no demasía como para empalagarte con el.

Su alfa interno rasguño su interior proclamando al omega frente a el como suyo, aquel instinto lo hacía querer cosas que antes no había deseado.

Deseba tenerlo, llevarlo a su tribu, casarse con el, poseer su cuerpo, impregnarlo con su aroma, escucharlo decir su nombre con aquellos regordetes labios rosas, deseaba mimarlo, darle too lo que tenía si eso le permitía a que estuviera con el, quería hundirse en su cuello y disfrutar de sus feromonas, deseaba verlo cargando sus cachorros con una sonrisa.

—. Hola...— Saludo el omega quien había dejado de tocar.

Se dio un gran golpe metal a sí mismo el azabache, pensaba que era un tonto, tal vez el omega se sentiría agobiado por su presencia inesperada.

Lo que la luna nos enseño | SASUNARU | OMEGAVERSE|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora