La fiesta continuó sin altercados. La vergüenza me carcomió el cuerpo al haber creado esa escena, y mucho más al ver como Descamps no me dejaba ni un minuto tranquila. "Que si quiero esto" "que si quiero aquello" es como si de la nada hubiera contratado un mozo sin haberme dado cuenta.
— Descamps no hace falta que hagas todo esto— este paro su paso luego de haberme prometido que iba a traerme el quinto vaso de agua del día. — Te lo agradezco pero la verdad es que ya quiero ir a casa.
—te acompa...
—no gracias— interrumpo.
Lo que menos necesito ahora es que mis padres me vean acompañada por el enemigo número uno de mi hermano. Y luego morir en el intento de tratar de explicar el porque.
—y si te acompaño mejor unas cuadras—le dirijo una mirada amenazante, que imagino habrá entendido—me aseguraré de que no me vean... —lo observé insegura e indecisa. Aun no puedo confiar completamente en Descamps y mucho menos con lo que paso hoy.
— SOLO UN PAR DE CUADRAS — me mira, asiente en silencio y levanta una ceja como si de la nada estuviera dudando—¿vamos o no?
Descamps me habré paso de entre las personas, que increíblemente cada vez se va llenando más. Me dan pena los que tengan que limpiar todo esto.
Ya es de noche, y solo prevalecen las luces de los faroles, que por cierto no iluminan mucho que digamos.
Descamps sigue al lado mío, y como lo predije, se crea un ambiente pesado, aburrido y muy incomodo. Solo a nosotros se nos ocurre caminar cuando en teoría nos odiamos.
Volteo la cabeza y notó a Descamps mirándome fijamente, como si quisiera descifrar algo.
—¿necesitas algo de mi rostro?
— eres horrible...
—¿por qué de la nada me dices eso? Con razón todo el puto mundo te odia.—corto el paso y me quedo parada en medio de la calle con los brazos cruzados y espero que con una ceja bien levantada.
—"todo el puto mundo" no son solo tus amigos, que te recuerdo son igual de idiotas que tu. — Descamps para su paso a sólo unos cuatro pasos de distancia. Lo que provoca que no tenga que levantar tanto mi cuello como lo hacía antes.—ignorantes...
—claro, ¿ahora los ignorantes son los que no piensan igual que tu? No te culpo, imagino que debe ser difícil ver la realidad con un solo ojo...
Descamps frunce el ceño, tanto que hasta da miedo verle a los ojos. Creo que me pase.
—lo sien...
—eso fue ingenioso— interrumpe entre risas burlonas y algo extrañas. —al parecer no eres tan idiota para hacer sentir mal a los demás ¿no?
—¿te hice sentir mal? Lo sien...
—ya basta, no es gracioso cuando te disculpas. Tienes que esperar a que el chiste fluya. Yo tranquilamente puedo decirte que tu flequillo está tan mal cortado que parece que no te duchas.
—ey, eso ya no es gracioso.
—si... por algo yo me burlo con baldes de agua—retomo su caminata y yo seguí detrás suyo. —aunque ¿eso tampoco fue muy gracioso no?—lo miro desconcertada y con muchas, DEMASIADAS ganas de ahorcarlo. Pero el solo suelta una carcajada demasiado grande como para dejar sordo a cualquiera— Eres hermosa Magnon.—esto último lo dice entre un susurro no tan susurro, como si hubiera disfrutado decirlo, con una gran sonrisa clavada en su rostro.
Antes de que pueda al menos procesar lo que dijo él se va, al mirar detrás puedo notar mi casa a solo unos pasos, no cumplió su promesa. Pero creo que por ese simple hecho no voy a poder dormir hoy.
Giro para dirigirme de una vez a mi casa pero veo a Simone mirándome fijamente y con los ojos bien abierto.
—que asco... ESTAS SALIENDO CON DESCAMPS!!
—¿QUE?... NO!!— apuró mi paso hacia mi puerta pero Simone interviene extendiendo el brazo para que no puedo tocarla y habla en susurros.
—ya sabía yo que estaban muy acaramelados...
—¿acaramelados....!? ¿De que estás hablando?—tambien susurro, un solo despiste y puede significar no disfrutar mis vacaciones.
—que Descamps está siendo muy amable, y eso no es normal, es totalmente anormal... Michele, es la primera vez que veo a ese tipo así por alguien que no sea un interés amoroso. ¿O alguna vez lo viste actuar agresivo con Annick?
Ella está hablando muy enserio, puedo notarlo por lo dilatadas que están sus pupilas y por lo rápido que va su voz.
—no te preocupes por nada Simone, hace sólo nada me dijo que era horrible, sólo me acompaño por lo que pasó con Jean Pierre. Quizá sólo quiere ser un buen compañero.
Simone me mira y levanta una ceja en forma de burla con una sonrisa gigante clavada en su rostro.
—¿si escuchas lo que estás diciendo no?—la miro fijamente dura y suelto un gran suspiro de desconcierto.
—si lo se, es la estupidez más grande que dije en mi vida...—me dejo caer al suelo quedándome en posición de indio y me agarró la cien, de la nada me duele demasiado la cabeza como para pensar bien.
—ya se que el alcohol causa algunos efectos medio extraños pero tampoco para decir que tu mayor enemigo es amable contigo por cortesía.
—no tome nada...—Simone me mira aún más confundida que antes.
—¿ah no?...—ya cansada la aparto de mi puerta con todas mis fuerzas y logro sacarla con mucho éxito. —un enemigo nunca te diría que eres hermosa porque si. —la miro con confusión mientras da la vuelta para irse. —Buenas noches Magnon, no te pongas loquita soñando con el tuerto.
Volteo los ojos y cierro la puerta con sigilo. A esta hora pensarán que estoy en cama y no quiero arruinar eso.
Logró pasar entre los obstáculos de los ruidos de la madera podrida, La oscuridad y a mi madre llorando desconcertada mientras baña a mi hermano intentando sacarle la borrachera. Todo se queda en silencio una vez llegó a mi cuarto.
La ventana quedo abierta por lo que el ambiente entero se vuelve frío y difícil de controlar con un par de sábanas y alcolchados pero logró satisfacerme de un acogedor calor ya una vez en mi cama. Observó el techo, mis sospechas se vuelven realidad, hoy no podré dormir por culpa de una sola palabra. "Eres hermosa Magnon".
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Ciegos || Joséle
RomanceDentro de un colegio de varones que le abre sus puertas a las alumnas mujeres. El pierde un ojo a causa de una pelea tras haber humillado a una de estas alumnas arrojándole agua sucia. Esta rivalidad florece hasta convertirse en un verdadero odio, o...