Lunes, 7:35 a.m.
Candy despertó temprano. Desde su habitación, acostada en su cama, escuchaba el ajetreo de sus padres. Sonrío con tristeza al oír también la vocecita infantil de Cris a quien su madre preparaba para llevarlo a la guardería.
Por un momento estuvo tentada a levantarse y ayudar, pasar tiempo con ellos antes de que se regresara a Nueva York, pero su energía era casi nula. Estaba cansada, muy cansada. Suspirando, dejó que el sueño la llevara de nuevo a un lugar donde no sintiera tanto dolor. Los iba a extrañar a muerte cuando se fuera. Fue lo último que pensó mientras era invadida por el sopor.
Estaba a punto de caer en la inconsciencia cuando escuchó su voz. "¿Está listo Cris? Los dejaré en la guardería de camino al trabajo". El tono era bajo, cómo si no quisiera que alguien más lo oyera."¿Jordan y Mary Sue?". Esa era su madre. "Los llevaré a la parada del autobús " "¡Te lo agradezco mucho, hijo, no quiero dejarla sola, Albert también se va y me da mucho pendiente". Candy se incorporó de la cama al escuchar las palabras de Lauren. "Eso supuse". Una vez más la voz susurrante de Terry. "Llévate mi camioneta". "No, es mejor que los lleve en mi auto, después de dejarlos lo llevaré al taller para que le pongan… ya sabe". "¡Ay muchacho! ¿Cómo sigue tu mano? ¿Y el hombro?". "La mano está bien, el hombro duele un poco". "No deberías ir a trabajar". "No puedo darme el lujo de tomar días libres". "¡¿Libres?! ¡Debería ser incapacidad laboral! ¡Te dispararon!. Hubo un momento de silencio. Los ojos de Candy se movían de un lado a otro, pensando. Arrugó las sábanas al apretar los puños. Miró al frente, a la ventana, al suelo, al techo… algo se le estaba pasando por alto… parpadeó al encontrar la respuesta ¿Por qué Terry habló de llevar a los niños a la guardería? ¿Qué no Susana los recogía el domingo por la noche?
Con la mente todavía medio nublada, Candice se puso en pie. Seguía escuchando las voces susurrantes de su madre y Terry, aunque dejó de prestarles atención. Su cabeza daba vueltas. Las palabras dichas por Lauren un par de días antes, y las del mismo Terry el día anterior le retumbaron en los oídos. "Necesitan hablar otra vez, hay cosas que tú no sabes…", "desde que los niños viven aquí he tenido que hacer cambios, no puedo dejar cosas a su alcance". "Desde que los niños viven aquí ". Eso era lo que Terry había dicho. ¿Qué quería decir eso? ¿Que Susana también estaba ahí? ¡No! Se negaba a creer eso. La habría visto, ella no dejaría pasar la oportunidad de restregarle en la cara que vivía con Terry pero… si ella no estaba ahí… y los niños sí… ¡¿Qué demonios estaba pasando?! Se pasó los dedos por los ojos para limpiarse un poco después de ponerse la bata que sacó revolviendo su maleta, y salió de la habitación con el corazón latiendo de prisa. Bajó tan rápido como le permitió el dolor en su espalda llegando a la cocina justo para ver la espalda de Terry salir por la puerta. Pasó junto a su mamá sin siquiera saludarla, apresurada por alcanzarlo. Para cuándo se situó en la entrada, Terry se subía al auto. Se quedó ahí, inmóvil mientras el vehículo avanzaba ante los ojos sorprendidos de Lauren.
— Candy… — Le llamó la mujer al tiempo que le tocaba el hombro — ¿Qué pasó, hija? — La muchacha se giró, observó el rostro parecido al suyo, parpadeo, negó con la cabeza, abrió y cerró la boca sin decir palabra alguna y, por último dejó caer los brazos, pues uno estaba agarrando la pared, y el otro la puerta.
— No entiendo — Balbuceó ahora mirando para todos lados, cómo buscando una respuesta.
— ¿No entiendes qué? — Lauren la miraba confusa.
— ¿Cómo es que…? ¿Por qué los niños…? — Con delicadeza, la señora la guío hasta una silla mientras ella hablaba. No le contestó. Lauren se limitó a sacar un bote de leche del refrigerador, vertió un poco en un recipiente, lo puso a calentar en la estufa, sirvió unos panes tostados, queso crema, rebanó un plátano, le echó avena encima, sirvió café para ella y, cuando la leche estuvo lo suficiente caliente, la puso en un vaso junto a todo lo demás frente a su hija.
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Volverte a Ver
Fiksi PenggemarEl año anterior ella era la novia. Estaba feliz, por fin compartiría su vida con la única persona que había amado en toda su vida. Faltaban sólo un par de días, pero las dudas... circunstancias en la vida de él que la tenían al borde de la explosión...