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     Diana tenía una gran sonrisa plasmada en la cara mientras se sentaba en su lugar designado para el evento, aunque las luces de los flash de la cámara la cegaban, una ansiedad cargada de adrenalina la arrullaban

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     Diana tenía una gran sonrisa plasmada en la cara mientras se sentaba en su lugar designado para el evento, aunque las luces de los flash de la cámara la cegaban, una ansiedad cargada de adrenalina la arrullaban.

No sólo era el hecho de estar rodeada de algunas de sus celebridades favoritas; también lograba enorgullecerse de sí misma por sus logros, al ver lo lejos que había llegado sentía que todos esos años dedicados al baile habían valido la pena.

Había nacido en Uruguay y pasó su infancia montada en teatros y viajando en buses de ciudad en ciudad para presentarse en las competencias locales que se hacían, nunca perdió en nada. Fue esa dedicación y ese talento que la llevaron a ser aceptada en términos internacionales, pero dejar su país y a su familia atrás fue un sacrificio que aún no estaba segura de haber tomado con la cabeza fría.

Le faltaba vivir, tener experiencia como las chicas de su edad, la mayoría iban a la universidad y tenían una vida amorosa muy amplia. Diana cada vez era más consciente de lo que estaba dejando perder para cumplir su sueño, y la pregunta recurrente no desaparecía de su mente todas las noches: ¿Estoy malgastando mi juventud?

Porque la juventud no debería verse así. No debería preocuparse por las lesiones que no se terminaron de curar en sus pies, o la mala nutrición de llevaba en orden para mantener un peso ideal, mucho menos la presión que llevaba encima por ser perfecta y no dejar que nadie tome su lugar. Adoraba el baile, pero odiaba el ambiente en el que se había visto envuelta.

     Pero luego habían ocasiones como estas, donde se daba cuenta de su gran privilegio y de cómo las conexiones del primer mundo la ayudarían a convertirse en alguien exitosa. Pertenecía al equipo principal, y su instructora era pariente de uno de los organizadores del evento. Por algo su madre siempre le dijo que las personas con las que uno se junta son una influencia.

     —Creo que acabo de ver a Kit Connor. —murmuró disimuladamente sobre el hombro de Juliette, una de sus compañeras que también hablaba español. —Me voy a desmayar.

     Ella se rió suavemente y volteó su mirada hacia la fila de celebridades, los reconocía a casi todos, no podía esperar por el momento en que empezaran a sacar fotos y tener la oportunidad de posar con alguno de ellos.

     —Parece que el talento uruguayo está brotando, ¿O no? —dijo Juli en voz baja.

    —¿A qué te refieres?

     Juliette hizo un gesto con su mentón hacia la fila de adelante. —Enzo Vogrincic, el novio de toda Latinoamérica, tu país tiene algunas joyas resguardadas.

     —Dímelo cuando escuches a 'El Cuarteto de Nos'.

     Diana lo miró por un momento, sonrió al pensar en lo que dijo su amiga sobre su país. Era verdad, la película había sido un éxito mundial y muchos talentos uruguayos de abrían paso en el mundo de la actuación, ella esperaba que eventualmente también le llegara esa oportunidad a los bailarines nativos de su país, aunque fuera un poco más complicado.

ESCAPE, enzo vogrincic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora