LOVE AND LONELINESS

EXTRA 2

KIM NAMJOON

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Soy Kim Namjoon, un hombre millonario, empresario, estoy casado, digamos que por mera conveniencia, la sociedad hipócrita en la que vivo se fija mucho en esas cosas.

No tengo más familia que mi esposa Brigitte, y mis guardaespaldas.

Vivo una vida desahogada económicamente hablando, tengo varias propiedades, todas a mi nombre. Pero no siempre fue así.

Mi vida desde muy joven fue bastante dura, cuando quedé huérfano a los dieciocho años, me dediqué a trabajar en grandes tiendas de autoservicio y después tiendas departamentales, tenía ambiciones y era un chico visionario.

Comenzé a forjar mis planes a futuro. ¿Mis ideales? Convertirme en un hombre millonario.

Conforme pasaban los años me fui mezclando con gente importante, claro que estudiaba y trabajaba al mismo tiempo, pasé por muchas necesidades, pero todo fue compensado a pasar del tiempo.

A mis treinta y dos años, soy uno de los hombres más adinerados de Corea del Sur.

Claro que todo requiere sacrificio, no puedo decir que llegué a dónde estoy sin ayuda de nadie. Cuando tenía veinte años, me relacioné con un hombre bastante mayor que yo, Ricardo Bianchi, un hombre italiano de cincuenta años, millonario y bastante atractivo, pero definitivamente no era mi tipo, tuve relaciones sexuales con él a cambio de dinero, si, era algo así como su juguete sexual. Pero no me importaba mucho. Yo quería tener dinero, mucho dinero, y así poder forjar mi propia empresa.

De ser solo un juguete sexual para Ricardo, me convertí en su amante de planta, me empezó a tratar mejor, era más cariñoso, y un buen día dijo que se había enamorado de mi.

Mentalmente me reí, ¿Enamorado? ¡Bah, patrañas! Pero eso me convenía, así que fingí estar también enamorado de él.

Alcabo de dos años de una relación seria, Ricardo murió de un infarto, dejándome como único heredero de toda su fortuna.

Mi sacrificio valió la pena.

De ahí que llegué adónde estoy ahora.

A partir de entonces, asesorado por los mejores abogados empezé a manejar las empresas de Ricardo y después las mías propias.

Pero no todo en esta vida debe ser trabajo, hay algo que aprendí de Ricardo..."En la vida también debe haber diversión, y mucho sexo"

Y como dije al principio, la sociedad quiere verte en "buen camino" así que en un bar conocí a Brigitte, y al poco tiempo me casé con ella, para aparentar ser un buen hombre felizmente casado.

Ante los ojos de los demás somos el matrimonio perfecto, pero la realidad es muy diferente.

Yo gusto de los hombres, pero hoy en día, en pleno siglo veintiuno, hay mucha homofobia, así que tengo que aparentar ser un hombre en toda la extensión de la palabra.

¿Mi debilidad? Los chicos más jóvenes que yo, en la cama son lo mejor. Creo que eso también lo aprendí de Ricardo.

He tenido amantes hombres a montones, aunque es un secreto a voces, trato de guardar las apariencias