8. 𝐂𝐨𝐧𝐭𝐚𝐜𝐭𝐨 𝐕𝐢𝐬𝐮𝐚𝐥

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Dani

—Ya ves, pues el otro d... — estaba diciendo Claudia pero María vino corriendo hacia nosotras.

—¡Tías, tías, tías!— nos gritó.

—¿Que pasa?— le pregunté frunciendo el ceño.

—Acabo de ver al chico de la playa— dijo nerviosa.

—¿¡Qué dices!?— gritó Claudia.

—Si, si— asintió María.

—Madre mía— dijo Jana y Elena y yo reímos.

—¿Y que pasa?— le pregunté yo son mucho ánimo ya que estaba aburrida.

—Ay hija, vaya ánimos que tienes. Pues pasa que no sé si ir a decirle algo o no— dijo.

—Pues ve a decirle algo tía— le dijo Elena.

—Ya... pero no sé qué decirle, porque antes no me interesaba y ahora de repente me interesa...— dijo y nosotras nos encogimos de hombros.

—Pues Mery no sé— me dijo Jana.

—Ehh pues yo si que sé, porque está viniendo hacía aquí— le dije señalando disimuladamente  al chico.

Entonces María se dió la vuelta y se puso nerviosa, que era raro en ella porque casi nunca le pasaba.

—Ay madre— murmuró nerviosa.

—Tu tranquila tía, ve con naturalidad y ya está— le dije para tranquilizarla.

—Vale— dijo y fue hacía el chico decidida.

Vimos como ambos estaban a centímetros, María le sonrió y  Gonzalo le devolvió la sonrisa, pero de un momento a otro se le borró porque María sacó su mano para pegarle una bofetada muy fuerte en toda la mejilla y después le dijo:

—Esto por el pelotazo— le escupió enfadada.

Yo me acerqué hacía ellos lo más rápido posible por lo sucedido.

—María ¿¡que haces!?— le pregunté molesta por lo que le había hecho al chico, mientras dos de sus amigos le preguntaban si estaba bien, y entre esos dos amigos estaba el castaño, que me miró unos segundos y después apartó la mirada.

Esta no me respondió y se fue directa al baño un poco cabreada.

Yo me acerqué a ellos, mientras que algunas de mis amigas iban hacía María.

—¿Estás bien?— le pregunté a Gonzalo un poco preocupada. Él me miró obvio.

—Lo siento, es que mi amiga a veces
es tonta— le dije. El castaño y yo hicimos contacto visual y me di cuenta de que estaba diciendo lo mismo que me dijo él en la playa cuando Gonzalo le dió el pelotazo a María.

Aparté la mirada nerviosa y miré a Gonzalo.

—¿Quieres hielo o algo?— le pregunté para ver si podía hacer algo para ayudarle.

—Hombre, un poco de hielo no vendrá mal ¿no?— le dijo su otro amigo esperando su respuesta.

—Venga vale— respondió Gonzalo.

Y fuimos hacia la barra para preguntar si tenían hielo, y obviamente si tenían, mientras Gonzalo se ponía el hielo el castaño me preguntó:

—¿Eres de aquí?— preguntó y su amigo le dió un codazo. —O sea... a ver...—  dijo nervioso rascandose la nuca.

Yo reí y le respondí:

—No, soy de Madrid, he venido de vacaciones— dije sonriendo y el castaño asintió.

𝐏𝐨𝐫 𝐓𝐢  || 𝐑𝐨𝐝𝐫𝐢𝐠𝐨 𝐑𝐢𝐪𝐮𝐞𝐥𝐦𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora